PROGRAMA: “LLEGÓ LA HORA” N° 313 DE FECHA SÁBADO 26/05/2007
TRANSMITIDO POR RADIO NACIONAL DE VENEZUELA 630 AM
LOS DÍAS SÁBADO DE 8:00 A 9:00 AM.
APARECIDA: El ESPÍRITU LIBERADOR TOCA LA PUERTA
La V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe entra en su fase de definiciones. Cuando dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estaré Yo. Dice Jesús. Y en muchas reuniones de sus seguidores, a lo largo de los tiempos, se invoca su presencia para que las opciones que se tomen contribuyan a la construcción de su Reino. Es tradicional el canto-oración que convoca y llama: Ven Espíritu Santo Ven.
Y desde la Anunciación a María, el Espíritu según el Nuevo Testamento, se presenta primero con una pregunta: ¿Puedo entrar? ¿ Me aceptas?. La respuesta de María, tan presente para los peregrinos en el Santuario de Aparecida, es el Magníficat. Un canto de acogida, de acompañamiento con su pueblo, de alabanza. Su aceptación es abierta y su acogida alegre, en medio de su pueblo. “Derribó a los poderosos de sus tronos y ensalzó a los humildes…despidió a los ricos con las manos vacías”. Una oración de contemplación y de construcción. Nada evasiva.
En momentos en los cuales se definen aspectos cruciales del mensaje a redactar y las consecuentes líneas pastorales a seguir, también quienes estén reunidos piden que el Espíritu Liberador venga en su apoyo. Sin embargo: ¿están dispuestos a abrir la puerta?. ¿A acoger al Espíritu liberador en medio de un ambiente de diálogo sincero en medio de la complejidad, la incertidumbre y el conflicto planteado en la realidad Latinoamericana y Caribeña y Mundial? ¿O sólo, como ha estado también presente en varios foros eclesiales, se oye lo que está planteado desde el punto de vista del poder religioso, muchas veces unido, desde tiempo de Constantino, con el poder imperial?
En la V Conferencia participan 266 personas oficialmente. Entre los cuales hay 162 miembros de la conferencia, 81 invitados, 8 observadores, miembros de iglesias ortodoxa, evangélicas y un invitado judío. 15 peritos. En los trabajos de la Conferencia participan obispos de países receptores de migrantes, como Estados Unidos, España, Portugal. Entre los invitados hay representantes de congregaciones religiosas. Es una amplia asamblea como para poder ofrecer una respuesta a los humanos espirituales del mundo actual. Para muchas comunidades del continente, hay sin embargo, ausencias muy importantes. Como representantes de comunidades originarias, de representantes de comunidades afrodescendientes… Sin embargo, aún con sus limitaciones resulta una Conferencia muy amplia. A esto se añade la presencia asesora y acogida formalmente por los obispos, de teólogos de la liberación, algunos adentro como peritos, otros afuera con servicio de apoyo y acompañamiento como el grupo Amerindia. Uno de los que debía estar apoyando desde afuera, como lo había hecho en Puebla con Mons. Romero, era el reconocido teólogo salvadoreño Jon Sobrino. La recepción de un cuestionamiento del Vaticano en la forma de una Notificación, hizo que no estuviera presente. El apoyo que recibe Jon Sobrino de teólogos y teólogas de los 5 continentes, también previo a la Conferencia, resulta un signo de vitalidad de la espiritualidad acompañada por la teología de la liberación, que para muchos sectores oficiales debería ya ser un recuerdo anecdótico histórico. Con estos antecedentes, para muchas comunidades del continente, la V Conferencia pondría un sólido al llamado del Espíritu. Sin embargo, parece ser que el Espíritu sigue tocando. Y se manifiesta desde dentro y toca desde fuera, Como el manifiesto divulgado por la confederación indígena en la cual plantean: Para nosotros la Vida de Jesús es una Gran Luz proveniente del Inti Yaya (Luz Paternal y Maternal que sostiene todo), que ha venido a desterrar todo aquello que no nos deja vivir con justicia y fraternidad entre los seres humanos y en armonía con la Madre naturaleza. Nosotros respetamos a sus auténticos seguidores.
La vida nos ha enseñado que al “árbol se lo conoce por sus frutos”, como dijo el Cristo, y sabemos distinguir quien le sirve en los pobres y quien se sirve de ellos. Cabe comunicar al Pontífice que nuestras religiones JAMAS MURIERON, aprendimos a sincretizar nuestras creencias y símbolos con las de los invasores y opresores.
Pese a los antecedentes difíciles, en Aparecida, se presentan signos que hacen sentir que el Espíritu Liberador toca la puerta. Y muchas comunidades con visión ecuménica de Iglesia liberadora se unen en oración, para que el Espíritu no sólo siga animando afuera el camino de construcción del Reino, sino que también desde dentro, en la V Conferencia, se le acoja, como lo hace para ofrecer el Rostro Materno de Dios desde su santuario, María negra, liberadora de esclavos Aparecida.
Guido Zuleta IbargüenEd313AparecidayelEspiritu 26052007