Carta abierta a Jon Sobrino

Fernando Bermúdez López

SICSAL Guatemala

Estimado Padre Jon Sobrino:

Desde San Marcos, apartado departamento de Guatemala junto a la frontera mexicana, le enviamos un fraternal y solidario saludo de esperanza.

Nos ha dolido la Notificación de la Congregación pro Doctrina Fidei. Sin entrar a discutir temas profundos de la cristología, sin embargo, esta Notificación nos la llevado a pensar lo siguiente:

  1. Sus libros nos dan luz y fortaleza para seguir a Jesús, el Señor de la historia, presente en las víctimas de un sistema cruel e inhumano. El rostro sufriente de Cristo, como señala el documento de Puebla, está ahí, constantemente interpelándonos.
  2. Nos duele que Roma haga más énfasis en la ortodoxia que en la ortopraxsis. El Señor Jesús debe ser siempre el referente de todo cristiano, sea laico o laica, sacerdote, religosa o religioso, obispo o papa. Y este Jesús hizo más énfasis en la ortopraxis que en la ortodoxia. Su mensaje y su práctica se centran en la justicia y en la misericordia (Mt 23,23), su gran mandamiento fue el amor (Jn 12) y el criterio de salvación no fue el sometimiento a la ley ni una verdad de fe sino la práctica de la misericordia (Mt 25, 31-46).
  3. La postura de la Curia Romana está contribuyendo a que el pueblo de Dios se sienta cada vez más distante de ella. Lo siento por ella misma porque en vez de ser una luz profética del reino de Dios en medio del mundo, está significando un antisigno y piedra de escándalo.
  4. Nosotros, nuestras comunidades, hablamos poco o casi nada de teología de la liberación, pero la vivimos, porque no hay teología evangélica que no sea liberadora en su sentido integral. Nuestros pueblos tienen hambre, mucha hambre y sed, del Dios de la vida y también hambre y sed de justicia y hambre de pan. Por lo tanto, ¿quién se puede oponer a la teologìa de la liberación si el Evangelio es una buena noticia de liberación para los pobres y excluidos (Lc 4,16-21) y también para los ricos explotadores como es el caso de Zaqueo y de Leví.
  5. Pedimos por la Curia Romana y por el Papa con quien estamos en comunión. Pero de la misma manera sentimos la libertad del Espíritu para acercarnos al Papa como Pablo a Pedro.

Fraternalmente,

Fernando Bermúdez, Guatemala