Carta a Jon Sobrino

Querido Jon:

Desde hace unos días seguimos con preocupación, interés e inquietud, todo lo referente a las noticias que nos van llegando con respecto a las presiones que estás soportando, y no queremos dilatar más el hecho de enviarte este mensaje, que pretende ser uno más entre todos los que ya hayas recibido, expresándote nuestro apoyo incondicional, basado en la trayectoria de tu vida, tus posiciones intelectuales, humanas y teológicas.

Te sentimos con la cabeza y te entendemos con el corazón. Desde nuestra condición de herman@s, como hij@s de un mismo Dios te ofrecemos en primer lugar nuestro fraternal saludo y nuestra solidaridad llena de ternura. Esa ternura que tantas veces has hecho brotar en nosotr@s cuando hemos tenido el privilegio de escucharte, de empaparnos de tu sabiduría construida a base de dejarte tocar las entrañas para ir produciendo palabras que son capaces de conformar estructuras y razonamientos serios que nos ayudan a dar razón de nuestra esperanza en un mundo que da la espalda sistemáticamente a los empobrecidos. Al escucharte, al leer tus textos, se produce en nosotr@s un abajamiento de nuestro orgullo, porque siempre te hemos sentido humilde y con una gran autoridad que emana de lo vivencial, de tu experiencia vital, la de un hombre que nos sitúa ante los empobrecidos y nos recuerda que nuestra mirada ha de ser sincera ante una realidad tan lejana de la voluntad del Dios que nos regala la vida para ser vivida en plenitud dentro de esta comunidad que es el mundo globalizado.

Hemos ido aprendiendo que tu hablar de Dios se hace desde la perspectiva de los empobrecidos y de las víctimas. Eso nos ha ayudado a intuir mejor la idea de Jesucristo Liberador, a forjar en nosotr@s actitudes encaminadas a construir la idea de el Reino, por lo menos en nuestras estructuras mentales tan cargadas y contaminadas por los diosecillos de barro que nos inundan. Tu voz clara, ha soplado muchas veces sobre nosotr@s, ha actuado como un potente viento que nos ha ayudado a quitarnos de encima la capa de polvo neoliberal que se va depositando sobre nuestras vidas.

Quizás lo más importante de ti, para nosotr@s , es que nos ayudas a resituarnos constantemente ante las víctimas y l@s perdedores, a la luz del Evangelio y la Buena Noticia. Tenemos confianza en ti porque tu cabeza piensa desde dónde tienes puestos los pies. Sueles poner los pies en medio de realidades escondidas, tapadas con los muros de la mentira repetida machaconamente por la violencia estructural.

Nosotr@s también intentamos hablar de Dios, como tú, hermano Jon… Pero nos es tan difícil, que si tu voz callara nos sentiríamos un poco más huérfanos de inteligencia. Por ello también queremos expresarte nuestra disposición a seguir a tu lado, acompañando este proceso, que sin duda es doloroso para ti. Queremos que sepas, que sientas que no sólo nosotr@s te apoyamos. Te apoya la coherencia, la honradez, la justicia, la libertad, el amor. Te apoya la verdad de l@s empobrecid@s .

Hay cosas que no llegamos a entender muy bien, pero hoy hemos dado un paso más en su comprensión. Nos referimos a eso de que son bienaventurados los perseguidos, los que sufren injurias. En estos días te vemos como una expresión de las Bienaventuranzas y queremos estar a tu lado, que es el lado del que se pone del lado de los más pequeños y vulnerables, de los que preferencialmente avivan la ternura de Dios, de los que nos ayudan a convertirnos día a día.

Queremos que veas en esta carta, nuestra oración de agradecimiento a Dios por habernos permitido compartir contigo nuestra historia. El mundo necesita de teólogos con dimensiones de profetismo como tú. Los pueblos y comunidades te necesitamos y necesitamos que tu voz no calle porque queremos seguir sintiendo la vida en nuestro interior. Necesitamos que sepas que nuestra solidaridad, ese ponerse en el lugar del otro, está hoy contigo más que nunca. Te pedimos que si lo estimas conveniente, nos digas si podemos hacer algo concreto para ayudarte, porque eso nos ayudaría.

Gracias Jon, por hacernos ver las realidades en las que Dios deposita su mirada. A lo largo de estos años, partiendo de El Salvador, tus ojos han ido mirando a toda Latinoamérica, has iluminado a África crucificada, has pasado por Asia e intuimos que Europa y los países del Norte te han hecho pensar que tod@s necesitamos un poco más de sentido común y de cordura para poder seguir albergando motivaciones que nos impidan el suicidio ético que estamos sufriendo. Nos has ayudado mucho recogiendo los informes del PNUD para renombrarlos a luz del Evangelio. Nos has invitado a la conversión.

Gracias Jon, por mostrarnos que los empobrecidos y las víctimas nos ayudan a encontrar el lugar teológico que nos invita a humanizarnos.

El nombre que llevan nuestros grupos, el de Oscar Arnulfo Romero nos ha empujado a escribirte esta carta, pero queremos precisar algo que tú ya sabes. Romero no es sólo de El Salvador, ni de América Latina entera. San Romero de América es para nosotr@s el símbolo de los mártires que acompañan los procesos de liberación de los pueblos y comunidades.

Desde la espiritualidad de Jesús de Nazaret y de su discípulo Romero te enviamos un abrazo preñado de ternura y solidaridad. Apoyaremos como podamos las decisiones que tomes. Estamos a tu servicio porque estamos al servicio del Reino.

 

18 de Marzo de 2007

 

Coordinadora estatal de Comités Oscar Romero del Estado Español
Comité Óscar Romero de Chile
Coordinadora de la Región Europea de SICSAL
"Araguaia amb el Bisbe Casaldaliga" de Barcelona
Comunidades Cristianas Populares del Estado Español
Foro Ignacio Ellacuría
Grupo Belga de Apoyo a la Justicia y la Paz en Guatemala
Guido De Schrijver - Responsable del Cabildeo Político de la Red europea de Comités Oscar Romero.
Justicia y Paz. Archidiócesis de Tarragona
Vanguardia Obrera. Coruña