La Guatemala distinta, un don y una tarea

Comunicado del Movimiento “Monseñor Gerardi”

La paz es un don y una gracia de Dios
pero hay que saber cimentarla
y esto sólo es posible si lo hacemos
en la verdad y en la justicia.
JUAN GERARDI



Este 26 de abril conmemoraremos el noveno aniversario del asesinato de Monseñor Juan José Gerardi Conedera, luchador incansable siempre atento a los sufrimientos del pueblo al que tanto amó y por el que entregó su vida.

La razón de ser del Movimiento “Monseñor Gerardi” es mantener viva la memoria y el legado de este gran hombre, testigo fiel del Evangelio, verdadero servidor de la paz, quien vivió una fe encarnada en medio de la Iglesia y del pueblo de Guatemala.

Preocupación central en su misión fue en todo momento, pero especialmente en los últimos años de su vida, el combate a la impunidad.

De él escuchamos estas palabras: “Es evidente que el peligro más grave en una sociedad, como colectivo, es olvidar lo que ha ocurrido y para algunos pareciera ser la forma más simple de resolver el asunto. Este olvido tiene un nombre: IMPUNIDAD … No se inculpa a nadie, todo queda guardado bajo un manto de silencio y de miedo. Pero el dolor de las víctimas no desaparece sino que permanece como un aguijón que golpea nuestras conciencias. Los hechores son protegidos por esa impunidad creada por el sistema. La sociedad calla y ese silencio cómplice vitaliza esta situación.” (Mons. Gerardi, junio 1995)

Hoy, nueve años después de su muerte, vemos que sigue predominando la impunidad en muchas situaciones que se viven en nuestro país:


En un excelente análisis elaborado recientemente por la Fundación Myrna Mack leemos lo siguiente:

Guatemala vive las tensiones propias de una sociedad caracterizada por un postconflicto lleno de confrontación, violencia, desconfianza y añoranzas por los viejos modelos autoritarios. Es un terreno fértil para la ingobernabilidad y el desarrollo de nuevos comportamientos criminales, de tal manera que la agenda proclive a la consolidación democrática, la vigencia del estado de Derecho y la construcción de una convivencia pacífica, afronta cotidianamente obstáculos, momentos de regresión y estancamiento.

..

La ausencia de un aparato estatal eficiente en materia de justicia y seguridad permite que resurjan grupos y estructuras que, siguiendo casi siempre la vieja usanza contrainsurgente, tratan de eliminar toda “supuesta amenaza”. Van tras la eliminación de todo aquello que amenaza su estatus de impunidad por crímenes de lesa humanidad, pero algunos también están al servicio de quienes desean tener control sobre las instituciones y las estructuras de poder local para favorecer sus negocios en el mundo de la delincuencia organizada, la corrupción a gran escala y la narcoactividad.”


Con Monseñor Gerardi :

QUEREMOS:



Por tanto, los miembros del MOVIMIENTO “MONSEÑOR GERARDI”, en este noveno aniversario de su martirio, conscientes de la complejidad y las dificultades de la tarea que tenemos por delante


EXHORTAMOS:


A la sociedad guatemalteca: a que abandone su actitud indiferente y asuma su corresponsabilidad en la denuncia, en la propuesta, en la acción, para que algún día sea una realidad el estado de Derecho que garantice a cada uno de los habitantes de Guatemala los derechos individuales, sociales, económicos, culturales y políticos que le reconoce la Constitución de la República.


A las autoridades: a que asuman con responsabilidad y compromiso, de una vez por todas, las funciones que les competen en la búsqueda y realización del bien de todos los guatemaltecos y guatemaltecas y en la lucha contra la impunidad que sigue prevaleciendo en nuestra tierra.


A los diputados del Congreso de la República: a que tomen en peso la responsabilidad histórica que tienen en sus manos y aprueben con la mayor celeridad posible la creación de la CICIG.


A los partidos políticos que participan en la contienda electoral: que dejen a un lado la demagogia y se comprometan a presentarnos a quienes vamos a determinar con nuestro voto el futuro de los próximos cuatro años, un proyecto de nación y un programa de gobierno que responda a las necesidades urgentes de las mayorías, pero que también apunte hacia los cambios estructurales urgentes para construir la “GUATEMALA DISTINTA” basada en una auténtica democracia consolidada y autóctona.




Monseñor Juan Gerardi soñó y creyó en la “Guatemala distinta”. Y trabajó sin descanso porque fuera una realidad. Sabemos que su lucha, su esfuerzo, su trabajo, no fue en vano. A pesar de todos los obstáculos que encontramos en el camino, a pesar de que nos es tan difícil ver avances, creemos que la semilla que Gerardi sembró desde su labor pastoral a favor del pueblo maya y en pro de los derechos humanos ha marcado el camino, ha abierto el surco … A quienes lo sobrevivimos y queremos mantener viva su memoria y continuar su obra, nos toca seguir sembrando, seguir podando, seguir abonando, seguir regando esta bendita tierra con esa esperanza activa que es inagotable porque brota de la fuente siempre viva: de Cristo Resucitado.


Guatemala, abril de 2007