La pandemia nos pone de manifiesto los males y las perversidades del sistema socioeconómico neoliberal. Por eso, el virus siendo de origen natural, es la expresión del deterioro ambiental, social y cultural. De ahí, la necesidad de buscar alternativas que pongan al ser humano y a la naturaleza en el centro de la vida.
Y, esta situación de pandemia ha recaído con más virulencia en los empobrecidos y empobrecidas y en las personas migrantes. A esto hay que unirle el hecho de que se ha intentado poner el acento en la migración como portadores del covid-19, para producir un mayor rechazo en los países que pretendían llegar y justificar las encarcelaciones, las expulsiones y las deportaciones.
A partir de esta situación dolorosa, queremos reflejar la situación de las migraciones en África y Oriente Medio hacia Europa, Centroamérica, la frontera con Estados Unidos, Venezuela y Colombia. Son lugares y realidades que conocemos porque compartimos la vida con muchas personas migrantes de estas zonas. Y, lo queremos hacer desde el VER-JUZGAR-ACTUAR.
Ver: ¿Qué observamos?
Antes de empezar con lo que observamos, tenemos que hacer una pequeña a aportación acerca de la mirada. ¿Por qué nosotros y nosotras vemos a los migrantes como hermanos y hermanas y, en cambio, desde otros sectores se consideran una amenaza, un peligro, delincuentes y personas que hay que detener sin miramiento alguno y expulsar sin garantías judiciales? La diferencia es que una mirada se hace desde el amor, la cercanía y, como diría el Papa Francisco, desde la amistad social y la fraternidad; la otra mirada nace del odio, del racismo, de la xenofobia y el rechazo al pobre. Consideran a los migrantes como mano de obra barata de usar y tirar, descartar y expulsar cuando ya no sea rentable.
Una vez aclarada de cómo es nuestra mirada y, por tanto, nuestra observación, tenemos que decir que vemos que la migración es un fenómeno, no un problema, que se da en muchas partes del mundo. Es un fenómeno que tiene su origen en la necesidad de “huir” y “encontrar”. Huir de la violencia, huir del hambre, huir de la pobreza, huir de enfermedades que son curables en la actualidad, huir del robo de sus tierras y sus ríos. Encontrar otro lugar donde puedan recuperar sus vidas, rehacerse sin olvidar su tierra, una tierra que quieren volver cuando las condiciones hagan posible una vida digna.
Vemos que cada vez hay más muros, más policías y militares, más violaciones de los derechos humanos e incumplimiento del derecho internacional. Vemos un mayor endurecimiento de las leyes de deportación y expulsión.
Observamos a ese “pueblo emigrante” que tiene una vitalidad increíble para avanzar, para poner a salvo a sus hijos e hijas y darle una oportunidad de vivir, no de sobrevivir o morir. A pesar del sufrimiento vivido, siguen luchando para tener un hogar y un trabajo que les permita renacer sin olvidarse de sus orígenes.
Juzgar: ¿Por qué se dan estas situaciones de injusticias y de indignidad?
Hay que partir de un hecho que se ha dado a la largo de la historia de la humanidad: La codicia, la avaricia, la ambición y la violencia de las élites económicas, financieras y sociales. Todo esto se ha traducido en un saqueo de países a través de la guerra, la violencia y la corrupción política. Hemos visto cómo gobiernos han intentado legislar para el pueblo obrero, sencillo, pobre con la intención de procurar la justicia social basada en el derecho a la tierra, al trabajo digno, al techo y al cuidado de la casa común y se les ha atacado por todos los lados, intentado que caigan y favorecer un gobierno que esté al servicio de estos intereses.
Todo esto provoca situaciones de violencia política, empresarial y social, de guerras, de pobreza, de muerte por desnutrición, lo cual hace que las personas y las familias busquen otro lugar e inicie un éxodo durísimo, con la incertidumbre angustiosa de que posiblemente sufran nuevas violencias, incluida los asesinatos y la violaciones.
Hay que indicar también que la migración también se da por las reunificaciones familiares. La gente que migra para reunirse con su familia. La separación con el paso del tiempo es muy dolorosa y llega un momento que inician ese trayecto, que antes hicieron su familia, con el deseo de encontrarse, abrazarse y vivir de nuevo unidos y bajo el mismo techo.
En este juzgar hay que decir que se olvida el plano científico-científico que nos dice que en la tierra hay recursos para todas las personas. Por eso, el mundo puede ser ordenado de otro modo, de un modo lógico, ético y justo, de manera, que por motivos económicos, y para proteger y defender la vida, ningún ser humano tenga que migrar o buscar refugio. Sin olvidar que hay un ordenamiento jurídico que dota de derechos a los migrantes y a los refugiados.
Actuar: ¿Qué podemos hacer?
Queremos vertebrar nuestro actuar desde los siguientes caminos:
- Examinar las causas profundas de la migración, incidiendo en la desigualdad, el cambio climático, la corrupción y la violencia.
- Buscar un modelo de desarrollo de los pueblos que les permitan quedarse en su tierra porque tienen las condiciones dignas para ello.
- Poner fin a la violencia militar, paramilitar, tanto de gobierno como de empresas, que obliga a la gente a migrar.
- Tenemos que conjugar los verbos de acoger, proteger, promover e integrar.
- Mantener presente con frecuencia el por qué una persona decide salir de su país. Tener presente las circunstancias del país ya actualizar los datos.
- Fomentar las redes de apoyos a estas personas, así como las plataformas que trabajen con ellos desde el acompañamiento.
- Colaborar y participar en proyectos de acogida, que incluya servicios jurídicos.
- La denuncia profética ante las injusticias, la violación de los derechos humanos.
- Crear guías donde aparezca el porqué de la migración y el refugio. Una guía que refleje todas las expresiones racistas, xenófobas y de rechazo al pobre y que se contrarresten desde la verdad, la justicia, la hospitalidad, la fraternidad y el derecho internacional.
- Presencia en los medios de comunicación y redes sociales para reflejar esta realidad de la migración desde la amistad social, de su contribución al bienestar de los países, el conocimiento de las causas y la comprensión del sufrimiento de los migrantes y refugiados y de sus esperanzas y miedo.
Queremos terminar nuestra aportación mostrando nuestra solidaridad, nuestro cariño, nuestro compromiso y nuestro reconocimiento a todas las personas migrantes que buscan un nuevo lugar para vivir con dignidad, para que sus vidas tengan vida.