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El doctorado a Netanyahu

Autor | Autores: 
FERNANDO BERMÚDEZ LÓPEZ

El pasado 3 de octubre escuchamos en Radio Nacional de España (Radio 5), en una entrevista a don José Luis Mendoza, que la Universidad Católica de Murcia „UCAM„ concederá el Doctorado Honoris Causa al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu a través de la cátedra de Ética Política y Humanidades que dirige el expresidente del Gobierno español José María Aznar, quien será el padrino del dirigente israelí.

Es de conocimiento público la situación de represión y violencia que el Gobierno de Israel, presidido por Netanyahu, despliega contra el pueblo palestino, tanto musulmán como cristiano, haciendo caso omiso de las resoluciones de Naciones Unidas y de las llamadas de la comunidad internacional.

El Gobierno de Israel ha cercado, con grandes alambradas de espinos, pueblos y ciudades de los territorios ocupados, aislándolos completamente unos de otros. Ha erigido, de Norte a Sur, un muro de más de seiscientos kilómetros de largo, para aislar y humillar al pueblo palestino. Soldados israelíes patrullan calles y mercados por las ciudades de los territorios ocupados, atemorizando a la población palestina, cuya economía se encuentra estrangulada debido a la escasez de peregrinos y turistas. En algunas ciudades, como Qalquilya, los colonos israelíes han usurpado el agua para destinarla a sus nuevos asentamientos que crecen sin cesar pese a la prohibición de Naciones Unidas. Según un informe de Amnistía Internacional (octubre de 2011), alrededor de 200.000 palestinos no tienen acceso al agua corriente, consumen menos agua que el estándar mínimo global fijado por la Organización Mundial de la Salud, OMS.

En los territorios ocupados por Israel, la población palestina refleja en sus rostros el sufrimiento, la impotencia y la rabia, aparecen niños a quienes les han robado la risa, madres angustiadas viendo cómo los soldados judíos asesinan a sus hijos a la salida de la escuela por el hecho de haber tirado piedras a los soldados israelíes. En la Franja de Gaza no hay energía eléctrica, faltan alimentos, agua y medicamentos; el único hospital que había fue destruido por los bombardeos israelíes.

En 2010 personalidades solidarias de diferentes partes del mundo, entre ellas varios parlamentarios europeos, organizaron la Flotilla de la Libertad para enviar ayuda humanitaria a la población de Gaza. Cuando la Flotilla todavía estaba en aguas internacionales, el primer ministro, Netanyahu, ordenó atacarla. Era el 31 de mayo de 2010. El resultado fue nueve personas muertas y más de treinta heridos. Organizaciones de Derechos Humanos calificaron este atentado de ´terrorismo de Estado´.

La represión y la fuerza de las armas no son el camino para la resolución del conflicto palestino-israelí. Esto genera más odio y contribuye a la creación de una espiral de violencia. Solo el diálogo y la negociación son el camino para la búsqueda de la justicia y la paz. Es aquí donde se ubican numerosos ciudadanos y ciudadanas y organizaciones israelíes que están en desacuerdo con la política represiva y violenta de su Gobierno contra el pueblo palestino, abogan por un diálogo respetuoso con este pueblo y reclaman su derecho a la soberanía. No pocos de ellos han sido encarcelados. Al igual que los objetores de conciencia, hay también soldados que se niegan a cruzar la frontera de los territorios palestinos. Existen organizaciones judías y palestinas unidas en un movimiento por la paz y la no violencia. Repudian la violencia del Estado de Israel y, asimismo, la de los grupos armados palestinos. Sólo una conciencia no violenta podrá detener la violencia.

Ante esta realidad no podemos callar. Es justo y necesario manifestar nuestro más firme rechazo al galardón que la Universidad Católica se propone conceder al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, por considerarlo un insulto y un desprecio al pueblo palestino, un atentado contra los Derechos Humanos y una negación de la dignidad de este pueblo que habita con pleno derecho la tierra desde varios milenios, hundiendo sus raíces en los antiguos pueblos cananeos.

Nos parece un escándalo que una Universidad que se proclama católica actúe en contra de los más elementales principios de la ética humanitaria y del Derecho Internacional y legitime actuaciones que lesionan los derechos del pueblo palestino, defendidos en su día por Benedicto XVI.

En la encíclica Pacem in terris, Juan XXIII llamaba a cristianos y no cristianos a construir la paz fundada en la verdad, la libertad, la justicia y el amor. Jesús de Nazaret clamaba, indignado: «¡Ay de vosotros cuando todo el mundo os alabe, porque eso es lo que hacían los antepasados de esta gente con los falsos profetas!» (Lc 6,26).

El salmista judío defendía el encuentro entre Bondad y Lealtad y el beso entre Justicia y Paz (Sal 85). Contra los deseos del salmista, Netanyahu ha conseguido una alianza entre la injusticia y la violencia para destruir al pueblo palestino, legítimo habitante de esos territorios.

Si la Universidad Católica de Murcia no quiere ser cómplice de la sistemática agresión del Gobierno de Israel contra el pueblo palestino debería renunciar a la concesión del doctorado honoris causa al primer ministro israelí Benjamín Netanyahu. Todavía está a tiempo.

 


Publicado en el diario La Opinión de Murcia (09/11/2013): http://www.laopiniondemurcia.es/opinion/2013/11/09/doctorado-netanyahu/5...

 

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