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FORO POR LOS CINCO

Autor | Autores: 
Grupo Oscar Romero de Cuba

PALABRAS DE APERTURA DEL FORO 5 POR LOS CINCO

 COMO PARTE DE LA CAMPAÑA INTERNACIONAL DE SOLIDARIDAD POR LA LIBERACIÓN DE NUESTROS HERMANOS

Gabriel Coderch

La Habana, 05 Junio 2014

 

Compañero Carlos Samper, vicejefe de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del CC del PCC.

Compañera María de los Ángeles Pérez, funcionaria de ese Departamento del CC del PCC.

Compañera Elizabet Palmeiro, esposa de Ramón Labañino, uno de nuestros héroes con mayor condena.

Compañeras y compañeros de este caminar en la solidaridad por la liberación de nuestros compatriotas.

 

“Si la Iglesia no va a estar al servicio y la escucha de quienes sufren opresión e injusticia, entonces vana es la fe. Una iglesia de misas dominicales no agrada a Dios. La iglesia que sirve solo para cubrir intereses pero no se interesa por quienes necesitan ser cubiertos en sus necesidades y reclamos, no podrá nunca ser germen y expresión de la fe verdadera en un mundo mejor” Recordando estas palabras, comenzamos nuestro tiempo celebrativo. Por la coherencia y la fe en la pertinencia de la voluntad profética y los valores humanos de quienes, como Romero, nos han antecedido en el camino de la lucha por la justicia y  vida, nos hemos invitado a celebrar este tiempo. Nos hemos acercado para compartir desde  la confianza en un mundo mejor posible. Hemos sido convocados por la esperanza.

 

La virtud nunca está sola. Como nunca  podrá estar solo un hombre virtuoso. Porque lo acompañan cuantos reciben la irradiación de una conducta que halla en el bien su objeto y justificación. Tres, aun en la estrechez de su prisión, jamás han podido, ni podrán, estar confinados en la soledad. Y creemos que allí, junto a cada uno de ellos por separado y en conjunto, está el clamor inmensurable de la solidaridad. Por eso en el año 2005 nuestra institución otorgó por la medalla Rostros de la Solidaridad a nuestros 5 compatriotas en un acto en que los familiares recibieron a nombre de ellos dicha medalla, y decíamos entonces que estos hombres no necesitan de la legitimación religiosa, porque tienen la legitimación del amor por su pueblo.

 

Nosotros, que hemos optado por una fe contextualizada, fundamentada en la realidad donde nacimos y crecimos, no podemos permitirnos guardar silencio cuando tres de ellos  protagonizan un sacrificio que sube a Dios como una oración que promueve el fin del odio y el principio del amor. Los cinco no han sido  ilegalmente condenados por odiar. Ustedes sufren la injusticia por querer que impere, entre los seres humanos, el mandamiento del amor.

Ellos un día  actuaron como Judith, la hija de Israel. Ella se introdujo en el campamento asirio, para salvar a su pueblo de la destrucción. Y su acción fue legitimada ayer y hoy, ante Dios y los hombres.

 

Como grupo Oscar A. Romero hoy también queremos sumarnos a la campaña internacional por la liberación de nuestros 3 hermanos Gerardo, Antonio y Ramón.  Partiendo de nuestra identidad cristiana y desde una espiritualidad liberadora,  reconocemos que en todo camino humano y solidario siempre hay un  importante germen liberador, con lo cual decimos algo fundamental pero no avanzamos mucho hasta no darle algún significado concreto. Desde nuestro grupo entendemos por liberación aquella que libera a los pobres de la cercanía a la muerte propiciando y permitiendo  su vida. Y por pobres entendemos a aquellos oprimidos socio-económicamente, cercanos por ello a la muerte, y más cercanos a una muerte violenta cuando intentan su liberación. Elegimos esta definición porque es aquella en la que coinciden una inmensa mayoría de los seres humanos en el mundo, sabiendo que su situación se agrava ‑algunas veces, muy pocas, con independencia de la opresión socio-económica‑ por causa de su raza, cultura, sexo y casta.

Reciban, los tres que aún siguen lejos geográficamente, pero cerca del corazón de cada cubana y cubano, este mensaje de apoyo de quienes se sienten junto a ustedes en estas horas que llaman al sacrificio. Y reciban, sobre todo, la confianza imbatible de que llegará el momento en que nadie podrá atentar contra un pueblo que da hijos que hallan en la virtud el camino de la verdad. Así, como ustedes.

 

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¿CÓMO HABLAR DE ESPIRITUALIDAD Y LIBERACIÓN, DESDE NUESTRA FE, EN LA CUBA DE HOY?

 

Por Luis Carlos Marrero

“Foro 5 por los Cinco”

Organizado por el Grupo Oscar Romero – Cuba

La Habana, 05 Junio 2014

 

Para Elsa Tamez la  liberación es un proceso continuo en el que se busca salir de una situación de opresión hacia el buen vivir y la dignificación humana. Es un proceso continuo pero también comunitario. Se comienza y se espera la liberación. Apunta a lo comunitario porque es allí, según la autora, donde estamos juntos mujeres y hombres, de distintas culturas, motivados por el proceso para el bien de todos y todas. Hablar de liberación solamente, sin una dimensión espiritual, puede ocultar mucho tipo de discriminaciones; pero hablar de espiritualidad en el proceso comunitario de liberación saca a la luz las verdaderas relaciones interhumanas entre hombres y mujeres y con la naturaleza. Porque la liberación no se puede lograr en la lucha por la justicia a secas, ya que ésta tiende a postergar o a dejar a un lado, la dimensión de la espiritualidad.

 

Por tanto, un primer acercamiento a nuestra propuesta es que liberación ha de entenderse, no solo como una categoría económica-sociológica, ni como una dimensión espiritual-sobrenatural, sino como una condición integral humana.

 

Desde nuestra experiencia teológica muchas veces espiritualidad y liberación parecen realidades opuestas o por lo menos paralelas. Para muchos, espiritualidad significa vida interior, silencio, lejanía del mundo y de sus problemas.  Para otros, la liberación hace referencia a lucha, a práctica de la justicia, política y tiene una connotación popular y colectiva.

 

Nos gustaría apuntar que no existe contradicción ninguna entre espiritualidad y liberación. Una verdadera teología (discurso de Dios o sobre Dios) afirma que en la raíz de su logos (palabra) existe una experiencia espiritual, personal y comunitaria.  Toda auténtica teología brota de una vivencia espiritual. Entonces

¿cómo constatar esta experiencia espiritual que está en el fondo de la liberación?.  Primero experimentando que cualquier realidad de injusticia es pecado, contraria al Plan de Dios, y al mismo tiempo reconociendo que Cristo está presente en los crucificados de este mundo (Mt. 25).  Se capta vivencialmente que todo paso de la muerte a la vida es una experiencia pascual, es el paso liberador del Señor en nuestra historia. 

 

Por otra parte espiritualidad debe unir las dimensiones personales con las populares: el pueblo, la colectividad, es la que comunitariamente avanza hacia la liberación.  De esta manera la oración se une a la fiesta, la lucha a la canción, el salmo al compromiso. Surgen nuevas maneras de oración, pero el mismo pueblo y su religiosidad, son fuentes de liberación.  La experiencia histórica es el pozo en el que el pueblo bebe de las aguas del Espíritu. 

 

Ahora bien, para Marcelo Barros el propio término “espiritualidad” no es un término antiguo y no aparece en las escrituras sagradas de ninguna de las religiones tradicionales o antiguas. Por eso es fundamental esclarecer qué podemos llamar con este nombre y qué queremos proponer aquí hoy, para nuestra Cuba, una Espiritualidad liberadora, pluralista, macroecuménica y socialista.

 

El teólogo suizo Hans Urs von Balthasar escribió: “La espiritualidad es una actitud fundamental, práctica o existencial, que la persona da a su existencia religiosa, o más generalmente, a su compromiso ético, como consecuencia y expresión de aquello en lo que cree». Espiritualidad es “el sentido en que se puede dar a la vida”. ¿Y qué sentido tendría la vida si no fuera en relación con los otros y con la ceración toda?

 

Sin disminuir la importancia de una espiritualidad específicamente cristiana, solo queremos apuntar a una más pluralista y macroecuménica, que pueda servir a toda persona de buena voluntad que desee avanzar por un camino desde la solidaridad, el compromiso  y la participación en las luchas sociales para cambiar el mundo.

 

Marcelo Barros nos comenta que para vivir esta esperanza que moviliza lo más profundo de las energías humanas es necesario tener lo que algunos movimientos de la sociedad civil como la Vía Campesina llaman “la mística”, es decir, una motivación más profunda que un interés personal o que un proyecto político por muy justo que sea. Isabel Rauber en su libro “Sujetos Políticos” nos comenta que: “La mística está aquí, entre nosotros, en nosotros mismos, en el nuevo tiempo que estamos viviendo y construyendo colectivamente. Nos desenvolvemos en un momento muy difícil, pero ello no puede impedirnos practicar y multiplicar la solidaridad, estar alegres cuando nos encontramos unos con otros y otras, hacer de las actividades colectivas: seminarios, talleres, congresos, asambleas, acampadas, cortes de rutas, etc., momentos de fiesta, de alegría. Dar solidaridad, demostrar los afectos, expresar la felicidad y el amor es también una forma de construir una nueva mística, desarrollarla y fortalecernos entre nosotros”[1].

 

¿Y que motiva a estas personas? En esta época todavía nos preguntamos cuáles fueron las fuerzas interiores que hacían que un joven de clase media de El Salvador, Nicaragua, Colombia o Brasil dejase a su familia, renunciando a un futuro seguro y arriesgasen sus vidas en combates que entendían como luchas por la justicia y por la igualdad humana.

 

¿Qué fuerza interior llevó a tantos campesinos de Brasil a formar el Movimiento de los Sin Tierra (MST) en plena dictadura militar y a resistir tantas persecuciones y peligros? ¿Con qué fuerza, las comunidades negras, perseguidas y marginadas, consiguieron resistir a tantos sufrimientos y mantener tanto de sus culturas y religiones originales, aunque fueran consideradas idolátricas y demoníacas por las Iglesias?

 

¿Cómo se explica el resurgimiento de los movimientos y comunidades indígenas en todo el continente cuando muchos consideraban a los indios condenados a la extinción? ¿Cuál es el secreto para tantos sacerdotes, pastores y ministras tener la fuerza interior y el valor de dar la vida por la causa del pueblo empobrecido? ¿Cuál y como ha sido la fuerza interior que ha llevado a 5 de nuestros hijos a distanciarse de sus familias, vecinos, pueblo, sufriendo las más horrendas humillaciones? ¿Cuál o cuáles divinidades les otorgaron el don del sacrificio desmedido, del sufrimiento convertido en poesía, de las lágrimas hechas acuarelas, para que hoy 12 millones de cubanos sigamos construyendo nuestras alternativas de liberación?  Si podemos entender esta trayectoria como un camino espiritual, ¿qué significa profundizar este camino dentro del proceso socialista actual que, en medio a tantas dificultades, de uno u otro modo, ha surgido en el continente? ¿Y cómo hacerlo?

Hoy hablamos de un “socialismo nuevo” para referirnos al compromiso con la construcción de un “mundo nuevo posible”, con nuevos sujetos políticos, en el cual creemos y al cual queremos consagrar nuestras fuerzas y nuestra vida. Valorizamos sus mediaciones útiles y necesarias, como el proceso de transformación social que, aunque incipiente pero consolidándose, ocurre en varios países de América Latina. En este camino a un nuevo tipo de Socialismo, un elemento característico es la participación activa de grupos espirituales, cristianos y de otras tradiciones religiosas, comprometidos con la transformación social del mundo. ¿Contradicciones, nuevo manera de practicar la fe, otra nueva religión?

Marcelo nos comenta que en su obra, El Dios escondido, el sociólogo marxista Lucien Goldman comparaba –sin asimilar una a la otra– la fe cristiana con la fe socialista. Las dos tienen en común el rechazo del individualismo, buscar la superación de la cultura burguesa y creer en valores transindividuales.

 

El Cristianismo vive la fe en Dios, con todo lo que esto implica de fe en el ser humano y de valoración de la vida. En cuanto al Socialismo, se cree en la comunidad humana y la esperanza de construir el ser humano nuevo. La apuesta religiosa sería la existencia de Dios; la apuesta socialista, la posibilidad de la liberación social de la humanidad.

 

Según Goldman, lo que distingue a estas dos formas de fe es el carácter suprahistórico de la transcendencia religiosa. Desde los orígenes del cristianismo, muchos creyentes comprendieron que el mandato evangélico del amor al prójimo exigía el combate histórico en pro de una comunidad humana más libre, igualitaria y fraterna. A partir del siglo XIX, muchos cristianos entendieron que esa comunidad o ese futuro comunitario era el socialismo [4].

 

Pero Lucien Goldman no fue el único marxista que comprendió la importancia de la fe para la lucha socialista. Mucho antes de él, en 1925 el gran pensador latinoamericano José Carlos Mariátegui, ya escribía en su ensayo El Hombre y el Mito que: “La inteligencia burguesa se ocupa con la crítica racionalista del método, la teoría, la estrategia de los revolucionarios. ¡Qué malentendido! La fuerza de los revolucionarios no está en su ciencia, sino en su fe, en su pasión, en su voluntad. Es una fuerza religiosa, mística, espiritual... La emoción revolucionaria... es una emoción religiosa. Las motivaciones religiosas se desplazaron del cielo a la tierra. Ellas no son divinas sino humanas y sociales”

Por tanto, una espiritualidad liberadora insertada en el proceso de construcción del socialismo supone, en primer lugar, reconocer y valorar la dignidad de la política como lucha por el bien común. Si además, esta espiritualidad pretende ser socialista debe aplicar el mismo principio de igualdad y reconocimiento a las culturas. Ningún grupo puede vivir sin integrarse con otros. Hoy desde la teología lo llamamos  “hierodiversidad” (manifestación de lo sagrado en la diversidad), que no solo atraviesa las comunidades religiosas, sino va más allá de las religiones. Permite vivir la fe sin cerrarse en un sistema. Los procesos revolucionarios actuales deben ser abiertos a la espiritualidad ecuménica e intercultural y ofrecerse como espacios de convivencia y de actuación de cristianos y creyentes de otras religiones.

En esta caminada debemos reflexionar sobre la contribución propia de ese proceso a la búsqueda espiritual de quienes participan en él, así como la responsabilidad de todas las personas y grupos espirituales en la consolidación de este nuevo socialismo espiritual y ecuménico.

 

Como cristianos si creemos que Dios es amor y comunión, la forma de acercarnos a ese misterio tiene que ser abriéndonos cada día más al amor solidario y a la comunión. Amor, solidaridad y comunión encarnadas en René, Fernando, Ramón, Gerardo y Antonio. Quien cree en Dios, sabe que aventurarse por este camino de liberación es dejarse conducir por el Espíritu que «sopla donde quiere, oyes su voz, pero no sabes de dónde viene ni adónde va» (Jn 3, 8). Como en el siglo IV escribió Agustín: «Dame s alguien que ame y comprenderá lo que digo. Dame a alguien que desee caminar por este desierto, que tenga sed y suspire por la fuente de la vida, muéstrame a esa persona y estoy seguro que me entenderá2.

 

El movimiento histórico de Cuba centrado en su proceso de liberación constituye, en verdad, el territorio en el que se da la experiencia espiritual de un pueblo que afirma su derecho a la vida.  Este es el suelo en que echa raíces su respuesta al don de la fe en el Dios de la vida.

 

Don Pedro Casaldáliga nos ilumina este andar: La Utopía continúa, a pesar de todos los pesares. Escandalosamente desactualizada en esta hora de pragmatismo, de productividad a toda costa, de postmodernidad escarmentada. (…) Esta Utopía está en construcción; somos obreros de la Utopía. La proclamamos y la hacemos; es don de Dios y conquista nuestra. Así queremos ‘dar razón de nuestra esperanza’ (1 Pe 3). Intentemos, entonces, vivir, con humildad y con pasión, una esperanza coherente, creativa, subversivamente transformadora, espiritual, socialista y liberadora.

 

Rev. Luis Carlos Marrero. Grupo de Reflexión y Solidaridad Oscar A. Romero

Marcelo Barros. Comisión Teológica de la ASETT.

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¿POR QUÉ LO INJUSTO DEL PROCESO

Y LAS  SANCIONES A LOS 5?

Por Alain Vallín Borrego. Abogado

“Foro 5 por los Cinco”

Organizado por el Grupo Oscar Romero – Cuba

La Habana, 05 Junio 2014

 

 

Cualquier mujer u hombre verdaderamente digno no puede permanecer de brazos cruzados ante el dolor ajeno y la injusticia, tal y como lo hicieron Jesucristo, Nelson Mandela, Monseñor Oscar Arnulfo Romero –cuyo nombre lleva la institución donde nos encontramos–, así como otros tantos a lo largo de la historia de la humanidad. Y luchar en favor de la liberación de los 5 es precisamente eso, LUCHAR CONTRA UNA INJUSTICIA, o mejor dicho luchar contra una sumatoria de injusticias, que van desde las falsas imputaciones de una conducta delictiva que ellos no cometieron, pasando por un juicio amañado en una sede absolutamente parcializada, cargada de odio y rencor hacia Cuba, con un tratamiento penitenciario que ha incluido tratos crueles e inhumanos, en violación de los más elementales derechos humanos, además del maltrato y la violación a los derechos de los hijos y demás familiares, a quiénes les han impedido -o en el mejor de los casos obstaculizado injustificadamente- las visitas y la comunicación.

Desde mi condición de jurista quizás me resulte un poco más fácil identificar algunas de las más notorias de estas injusticias de que han resultado víctimas los 5, y quisiera me permitieran compartirlas con ustedes para que todas y todos ganemos en claridad y podamos contar con herramientas que nos ayuden a continuar adelante de una forma más efectiva esta batalla por la liberación de aquellos 3 compatriotas que aún permanecen injustamente encarcelados en territorio estadounidense.

En primer lugar tengo que referirme a la imputación por la que principalmente se les ha sancionado “el delito de espionaje”. Este es un delito que existe en todas las legislaciones del mundo desde tiempos remotos, pero que exige la presencia de varios requisitos, como son:

1.    Que la información obtenida sea secreta, no pública.

2.    Que se trate de una información relativa a una institución militar, o gubernamental de cualquier otro tipo.

3.    Que con esa información se ponga en peligro la seguridad nacional del estado que sufre el espionaje.

Y ninguno de estos elementos estuvo presente en la actuación de los 5, porque ellos no estaban infiltrados en ninguna institución militar o del gobierno de los EUA. ¿Dónde estaban ellos? En organizaciones anticubanas NO gubernamentales como la “Fundación Nacional Cubano Americana”, “Hermanos al Rescate”, etc. Y quisiere subrayar este particular porque aunque existen muchos hechos que apuntan a que estas organizaciones anti-cubanas, responsables por demás de un sin número de actos terroristas cometidos dentro y fuera de Cuba, responden en última instancia a los intereses de la CIA, al menos formalmente y de conformidad con lo establecido en las propias leyes norteamericanas tales organizaciones no tienen ninguna relación con el gobierno de los EUA. En el caso de Antonio Guerrero que se le vincula con una Base militar del Comando Sur, se aportaron pruebas que demostraron que él nunca tuvo acceso a información militar o secreta que comprometiera de forma alguna la seguridad nacional de los EUA o de cualquier otra nación.

En segundo lugar he de referirme a las razones o motivos por los que los 5 estaban allí. ¿Cuál era su misión? ¿Acaso recolectar información para perjudicar al pueblo norteamericano o de cualquier otra nación? TODO LO CONTRARIO. Su única misión era reunir información sobre los planes terroristas y/o magnicidas de estas organizaciones anti-cubanas e “independientes” del gobierno de los EUA, para así alertar a Cuba y evitarlas. Esto está directamente relacionado con otro elemento técnico-jurídico que a pesar de que es reconocido igualmente por todas las legislaciones penales del mundo, fue totalmente obviado en el proceso judicial de los 5, cuestión que de haberse tenido en cuenta hubiere resultado de peso y entidad suficiente como para declararlos a todos ABSUELTOS, me estoy refiriendo a lo que se denomina “Legítima Defensa” y “Estado de Necesidad”, situaciones en los cuáles aunque se haya cometido la conducta que la ley considera como delito, el sujeto en este caso concreto lo hizo para salvaguardar un bien más importante o de mayor entidad que el que resultó afectado. Pues bien eso mismo es lo que estaban haciendo los 5 en EUA. Durante más de 50 años el pueblo cubano ha sido víctima de ataques terroristas organizados, y financiados desde los EUA por estas mismas organizaciones anticubanas, incluso en muchos de los casos los autores de tales actos, residen o han residido en territorio norteamericano, son confesos y hasta se vanaglorean de sus fechorías, sin que el FBI u otra institución policiaca haya tomado ninguna medida legal contra estos sujetos, por solo mencionar algunos de estos actos terroristas basta citar: que el 6/10/ 1976 Luis Posada Carriles y Orlado Bosh fueron los responsables de causar intencionalmente -utilizando explosivo plástico C-4- la voladura en pleno vuelo de un avión comercial de Cubana de Aviación, con 73 pasajeros a bordo, en su mayoría deportistas cubanos que regresaban de unos juegos Centroamericanos; además de la introducción en Cuba de plagas y enfermedades como “la fiebre porcina”, o el “Dengue hemorrágico” que en 1981 le costó la vida o eternas secuelas a centenares de niños inocentes cuyo único pecado era “el ser cubanos”, y más recientemente a finales de la década del 90 ese mismo terrorista internacional LUIS POSADA CARRILES siguiendo órdenes y utilizando financiamiento  de la FNCA contrató y envió mercenarios a colocar sofisticados artefactos explosivos en instalaciones turísticas en Cuba, que en uno de los casos ocurridos en 1997 ocasionó una herida mortal al turista italiano Fabio Di Celmo, y a solo 20 metros de donde explotó esa bomba unos minutos antes estaba reunida una delegación de pioneros (niños entre 5 y 9 años) que por mera casualidad no fueron también víctimas de la explosión; y en el año 2000 fue conocido internacionalmente el intento de magnicidio al Presidente cubano Fidel Castro, donde aprovechando su visita a Panamá el mismo terrorista internacional LUIS POSADA CARRILES también siguiendo órdenes y utilizando financiamiento  de la FNCA, intentó colocar una gran carga de explosivos en el paraninfo de la Universidad de Panamá, (que según especialistas tenía suficiente poder como para volar todo lo que se encontrara en un radio de 200 metros). Si lo hubiere conseguido no solo habría asesinado al Presidente Fidel Castro, sino también a los miles de estudiantes y profesores panameños, así como a todas aquellas personas que estaba previsto asistirían a esa actividad. Ante tales actos terroristas el pueblo y el gobierno cubano, se han visto en la necesidad de dedicar cuantiosos recursos a prevenirlos y frustrarlos, cosa que aunque no siempre, en la mayoría de los casos sí se ha conseguido, y ello ha sido fundamentalmente gracias a héroes como los 5 y a muchos otros que de manera anónima han prestado un invaluable servicio, salvando vidas cubanas, y en no pocos casos de otros países, incluidas las de ciudadanos estadounidenses.

¿Acaso bajo las leyes norteamericanas no está legalmente justificado que hombres y mujeres de ese país se infiltren en las células y organizaciones terroristas como Al-Quaeda para así poder conocer con antelación sus planes y frustrarlos? ¿De hecho quienes lo hacen son considerados patriotas?

¿Por qué no puede ser igualmente legítimo que Cuba, que ha sido objeto de muchos más actos terroristas y cuyo pueblo ha perdido más vidas por este motivo, también envíe a sus hijos adentro de las organizaciones de este tipo que la agreden, para así conocer y frustrar los planes de las mismas?

Precisamente bajo consideraciones como las anteriores es que el parlamento cubano, como expresión de la voluntad de todo el pueblo, por unanimidad acordó conferirles a cada uno de los 5: René, Ramón, Gerardo, Fernando y Antonio, la condición de “Héroes de la República de Cuba”, porque eso es precisamente lo que son ellos, patriotas.

En tercer lugar no podemos dejar de mencionar el hecho de que los 5 fueron juzgados por un Tribunal parcializado, en una sede donde primaron las presiones y los intereses políticos, de un grupo que aunque no es mayoría sí tiene un poder económico y político de gran peso. Para poder entender esto tenemos que ubicarnos en contexto. Porque ciertamente en Miami viven muchos cubanos que son personas de bien, y que decidieron emigrar de Cuba por motivos económicos e incluso por reunificarse con otros familiares, esas personas cuyos ejemplos no son pocos abogan por la reconciliación entre ambos gobiernos (EUA y Cuba), integran comités de solidaridad con Cuba y buscan la forma de ayudar a quienes decidieron echar su suerte acá en la isla. Pero desgraciadamente también allí reside un importante grupo de antiguos polítiqueros cubanos que emigraron huyendo de la justicia, por diferentes causas que van desde haber robado el erario público, o cometer crímenes y torturas contra quienes osaban oponerse a la cruenta dictadura que hasta 1959 tuvo en Cuba Fulgencio Batista. Esas personas que no son sino dinosaurios de pensamiento retrógrado y lleno de odio hacia cualquier cosa que tenga el más mínimo vestigio de Cuba y su Revolución, han hecho un modo de vida y han amasado cuantiosas fortunas con el pretexto de derrocar a la Revolución cubana (como es el caso los Mas-Canosa), pero también han acaparado un importante poder político y económico allí en Miami, por ejemplo los tristemente célebres Lincon Díaz-Balart e Ileana Ross Lethinen son congresistas por ese lugar, pertenecen a la más extrema derecha y representan los intereses de quienes financian sus campañas políticas que no son otros que los principales directivos de la FNCA, Alpha 66 y otras organizaciones anti-cubanas radicadas en Miami.

Por lo que en ese contexto era imposible que los 5, o cualquier otra cosa que tuviera que ver con Cuba se analizara con verdadera objetividad. A ello hay que añadirle que las posteriores acciones desarrolladas por la defensa han logrado sacar a luz contundentes evidencias que demuestran los pagos efectuados por estas organizaciones a varias agencias de prensa de Miami para que fabricaran –como de hecho lo hicieron- una campaña propandística y difamatoria en contra de los 5, encubriendo su verdad, tergiversando los hechos, desinformando al pueblo norteamericano y pre-disponiéndoles en contra de los 5.

A pesar de que se pidió insistentemente el cambio de sede para que ellos fueran juzgados por otro Tribunal de cualquier otro Distrito o Estado de la unión, que analizara los hechos de manera desprejuiciada y con estricto matiz jurídico, no se accedió a esta petición.  Y sin embargo tal solicitud tiene pleno fundamento en importantes instrumentos legales del Derecho internacional como: el artículo 10 de la Declaración Universal de Derechos Humanos aprobada por la ONU el 10 de diciembre de 1948, por el artículo 14 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos de 1966, del cual son signatarios tanto EUA como Cuba; e incluso las propias leyes norteamericanas apoyaban la posición del cambio de sede porque la 5ta. y 6ta. Enmiendas de la Constitución Norteamericana aluden al “debido proceso” y al “derecho de todo acusado a ser juzgado por un tribual imparcial”. Estamos seguros que de haberse accedido a esta solicitud, y de haberse juzgado a los 5 en cualquier otro foro distinto, el resultado del proceso hubiere sido muy diferente.

Un cuarto aspecto al que quiero referirme es el que tiene que ver con los tratos crueles e inhumanos al que han sido sometidos los 5 en prisión. Pues sin que hubieren violado en lo más mínimo el reglamento carcelario o existiere cualquier otra justificación legal para ello, únicamente por ser luchadores cubanos anti-terroristas y por no ceder ante las presiones para pactar con la Fiscalía y delatar a otros compañeros, los metieron en celdas de castigo conocidas el “hueco”, lugar donde el espacio apenas permite a la persona estar de pie o acostado, allí mantuvieron a los 5 durante 17 meses consecutivos. Hace un par de meses, por un accidente quedé encerrado solo en un elevador por espacio de alrededor de 10 minutos, fue una verdadera agonía a pesar de no tener trastornos nerviosos o padecer de claustrofobia, y al salir no pude evitar comparar mis 10 minutos de agonía con los 17 meses continuados que pasaron en el “hueco” estos 5 seres humanos.

No hace falta ser experto para saber que este trato viola los más elementales derechos de cualquier ser humano. Así lo reconocen instrumentos legales internacionales como: la Declaración Universal de Derechos Humanos que en su artículo 5 nos dice: “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”; igualmente se proyecta el Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos que en su artículo 7 prevé que “Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes”; e incluso la propia Constitución de los EUA en su 8va. Enmienda prohíbe que se “impongan penas crueles y desusadas”.

Toda esta injusticia, de la que les he hablado en el pequeño espacio de unos minutos, pero que data ya de más de 15 años consecutivos, puede terminar en un instante y para ello basta con la firma de un solo hombre, el Presidente de los Estados Unidos, pues la propia Constitución norteamericana la confiere la facultad y el poder legal para “para suspender la ejecución de las sentencias y conceder indultos”.

Por eso quiero exhortar a todas y todos para que nos centremos en aquello que sin lugar a dudas nos une, que es el espíritu de solidaridad,  la vocación por la justicia y el respeto a los derechos y la dignidad de los seres humanos, para que unamos nuestras voces y esfuerzos, al efecto de divulgar la verdad que han silenciado los medios respecto al caso de estos cinco luchadores anti-terroristas, y demandemos al gobierno y al Presidente de los EUA que se ponga fin a esta gran injusticia liberando a aquellos 3, es decir Ramón, Gerardo y Antonio, que aún permanecen sometidos a prisión en cárceles estadounidenses.

La Habana, 5 de junio de 2014.

MsC. Alain Vallín Borrego

Abogado

E-mail: alain.vb@oar.co.cu



[1] ISABEL RAUBER. Sujetos Políticos. Versión Digital, p. 6

2 AGUSTÍN, Tratados sobre el evangelio de Juan, 26, 4, cit. en Connaissance des Pères de l’Église 32, dic. 1988 (capa).

 

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