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Leyendo la realidad de hoy a la luz de la Palabra de Monseñor Romero-1

Autor | Autores: 
Luis Van de Velde
Monseñor Romero sigue desafiándonos a leer la realidad de hoy a la luz de su palabra.   Antes de leer mis reflexiones personales desde El Salvador, invito al lector/a que busque el texto de Monseñor  en los # indicados en el libro impreso de su "dia a día" o en
y que haga su propia reflexión. 
 
 203. El cristianismo no es un museo

Monseñor sorprende muchas veces.  ¿Las iglesias no dan la impresión de ser cristianismos estáticos como museos de conservación?  Miremos los libros de liturgia y culto: muchas veces con lenguajes alimentadas por las filosofías de hace muchos siglos, con conceptos y palabras que hemos heredado de teologías antiguas.  Es decir cosas que no tienen nada que ver con la realidad de hoy.   En cuanto a la Iglesia romana, ante la renovación que quiso impulsar el Concilio Vaticano II, en América Latina la Conferencia de obispos de Medellín y de Puebla y ahora el Papa Francisco, no pocos altos jerarcas se oponen y prefieren que la iglesia sigue como museo, con todo bien estático.   ¿Cuán lejos estamos todavía de verdaderas renovaciones e innovación litúrgica y de culto?  Mientras tanto el mundo cambia, la realidad histórica está esperando una palabra viva y actual.  

Monseñor dice que la iglesia debe ser “ese germen de santidad y de unidad tenemos que vivirlo aquí en la tremenda realidad de nuestro pueblo concreto”.   La Iglesia no existe para si misma, sino existe en función de su misión hacia el Reino de Dios.

“Orden y comunión” exige un nuevo obispo romano en El Salvador. Orden así como en un bonito museo, todo bien ordenadito, según las antiguas normas y leyes.  Comunión en el sentido que la jerarquía de la Iglesia es la norma y el criterio de la comunión, y no el Evangelio.   La Iglesia no está para conservarse, ni para conservar “verdades absolutas” (expresadas en términos filosóficos que hoy no entendemos), sino para “ser fermento de actualidad y tiene que denunciar no lo pecados de aquel tiempo, sino de hoy”. La iglesia debe vivir el marco histórico y ser motor de transformación radical.  No es cerrando puertas y ventanas que la iglesia conservará su identidad, sino “en la calle” debe estar, ahí donde está el sufrimiento del pueblo. 

204. El diálogo

“Las cosas no se puede arreglar con represiones y violencia”.  Un primer pensamiento de Monseñor Romero para hoy, especialmente para los gobernantes.  Sin embargo vale lo mismo para las pandillas que están en una constante guerra entre ellas y con el estado. Aún más vale para los grupos de exterminio.  En el Salvador no se van a arreglar las cosas con “mas represión y más violencia”.  Dice Monseñor que el problema central es la injusticia estructural.  Si no se ataca de frente a esas injusticias estructurales, nada estaremos “resolviendo”, más bien estarán profundizándose.

Segundo pensamiento,  Hay que empezar a dialogar: un verdadero diálogo, es “un diálogo en el cual se va dispuesto a buscar la verdad y a deponer actitudes por más queridas que aparezcan”.  Cuanto diálogo necesitamos!!!  Entre las víctimas y el sistema judicial, entre arena y fmln, entre los (grandes) empresarios y el gobierno, entre los sectores sociales,  hasta entre las iglesias, …. 

Quisiera añadir que ningún diálogo va a dar resultado sin la participación real y constante de los sectores más vulnerables, más empobrecidos, más excluidos, las víctimas (y sus familiares) de la violencia también de hoy.   Con tacones altos, con guayaberas de mangas largas o con corbatas, con vehículos de lujos, no se hace un verdadero diálogo para que “el pueblo tenga vida”, lo que es la gloria de Dios.  Sin darle voz real a “las y los emprobrecidos” en los consejos, en las reuniones, en la asamblea,…. No habrá solución verdadera.

 

205. La verdad

Cito:  “Yo tengo fe, hermanos, que un día saldrán a la luz todas esas tinieblas, y que  tantos desaparecidos y tantos asesinados y tantos cadáveres sin identificar, y tantos secuestros que no se supo quien lo hizo, tendrán que salir a la luz, y entonces tal vez nos quedemos atónitos sabiendo quiénes fueron sus autores”

Uno se pregunta: ¿Sería que gracias a las observaciones de inconstitucionalidad sobre la ley de amnistía ese “día” se está acercando?  ¿Vamos a poder conocer la verdad y toda la verdad sobre la gran crueldad del pasado?  Por las reacciones de unos y de otros con poder, se observa que hay temor y que no hay decisión para echar a andar los procesos de búsqueda de la verdad.  ¿Sería que en los altos esferos de la política y de las instancias del estado hay gente totalmente responsable de barbaridades y quieren seguir ocultando todo esto?  Quien techo de vidrio, no tira piedras.    ¿No se está hablando ya de una nueva ley de reconciliación para volver en empacar la verdad, ahora con otro candado? 

Yo considero que cualquier persona que ha cometido graves violaciones a los derechos humanos (aquí se habla de crímenes de guerra y de lesa humanidad) por ninguna razón deben estar en posiciones públicas, no deben ejercer ningún función pública y a ningún nivel.  Se puede servir al pueblo, se puede trabajar en la organización popular y en la conscientización para las grandes transformaciones desde otras trincheras. Una verdadera purificación por el filtro de la verdad debería obligar a todos esos responsables de esos crímenes a asumir con humildad su condición de victimario, recibir el perdón de las víctimas y trabajar desde abajo, pero jamás desde “la cosa pública”, desde la política, desde el estado,.

 

206. El pecado de la Iglesia

Monseñor Romero pide a la Iglesia (podemos ampliar a todas las Iglesias y comunidades cristianas) hacer un análisis profundo de nuestro comportamiento frente a las exigencias de una Iglesia que no puede volver atrás en su compromiso preferencial por el pobre. 

Solamente las y los mismos empobrecidos pueden ayudarnos a hacer esa observación, análisis,….  No desde la sacristía o los templos, desde la calle, ahí donde vive la gente.   ¿Dónde está el compromiso eclesial para con los empobrecidos del país?  No hablamos de ayudas caritativas, aunque en ciertas circunstancias pueden ser necesarias.  Hablamos de las prioridades del quehacer eclesial….  ¿Se está utilizando toda el dinamismo evangélico, toda la energía eclesial en función del fortalecimiento de los sectores empobrecidos para – escuchando la voz de Dios – se levanten contra el sistema explotador?  ¿Las Iglesias estamos promoviendo la conscientización del pueblo: ayudando a ver la realidad como es y ya no como otros dicen que es, ni como la deseamos o soñamos? ¿Estamos metiendo nuestros recursos al servicio de la organización popular? 

Monseñor dice que ahí está el pecado de la Iglesia.  Dejemos atrás todas las contradicciones doctrinales, litúrgicas, ….para poder desnudar ese verdadero pecado fundamental, poder convertirnos y ser santo/a como lo fue Monseñor Romero… 

207. El gesto de Judas

Muy pocas veces se oye esta reflexión en la boca de un obispo.   LEENLA POR FAVOR EN EL LIBRO DIA A DÍA CON MONSEÑOR ROMERO. 

Cuando no se celebra la eucaristía como la memoria viva de la vida, muerte y resurrección de Jesús, Monseñor utiliza una denuncia fuerte: se prostituye la misa, se ha hecho un comercio de la misa, un gesto de Judas vendiendo al Señor, merece que el Señor con látigo denuncia que se ha convertido la casa de oración en cueva de ladrones. 

Cada sacerdote, cada comunidad cristiana tiene la obligación de examinar su práctica eucarística con los rayos – X de la denuncia de Monseñor Romero.  Si Monseñor Romero habla así de fuerte y “al desnudo”, es porque se da cuenta que esas prácticas no son alguna excepción (le daría otro trato), sino algo que sucede con frecuencia.  

El vínculo entre sacramentos (no solo la eucaristía) y “el pago” (llámense como se quiera: ofrenda, aporte voluntario,  ..) hace mucho daño a la Iglesia.   Parece siempre un negocio.  Entiendo que la comunidad cristiana tiene la responsabilidad económica frente a las necesidades concretas, pero se tendría que buscar otras formas. 

Claro el dinero, el pago es una dimensión que ha prostituido la eucaristía (y otros sacramentos). Pero habrá que investigar bajo la luz de Monseñor Romero y el Evangelio de Jesús otras dimensiones de nuestros ritos.  Seamos sobre todo sinceros/as.

208. Los mártires

Escribo esta reflexión en 37 aniversario del martirio del Padre Alirio Napoleón Macías en El Salvador y el 40 aniversario del martirio de Monseñor Enrique Angelleli de Argentina: un 4 de agosto.   Monseñor Romero reflexiona sobre “la comunión de amor” al referirse a la sangre de sacerdotes (y podemos añadir religiosas, catequistas, pastores,…) mezclada con la sangre de maestros, obreros, campesinos.  En tiempos de grave represión contra el pueblo (como El Salvador lo ha vivido en los años 70 -80) aquí se ha asesinado a casi 20 sacerdotes,  2 obispos,  un seminarista diácono, 5 religiosas, varios pastores y una enorme cantidad de catequistas y animadores/as de comunidades cristianas.  Otros/as tantos han sido torturados, han sido expulsados,…  El testimonio de una Iglesia encarnada en los problemas del pueblo se visualiza cuando entre las víctimas hay también “encargados/as de la Iglesia”.

Puede parecer evidente en tiempos de represión cruel contra el pueblo, contra las fuerzas organizativas por la liberación del pueblo. Pero me pregunto: ¿Hoy encontramos a sacerdotes, religiosas, animadores/as de CEBs y otras comunidades cristianas,… entre las víctimas del sistema (tan violenta) que vivimos, tanto por la explotación económica, por la corrupción, como por la violencia social (en el mes de julio todavía con 12 asesinados al día)?   ¿Dónde está el testimonio de autenticidad de una Iglesia encarnada en los problemas del pueblo?  ¡Qué bueno y necesario es celebrar en esperanza los aniversarios de los mártires, como hoy en la parroquia de San Esteban Catarina, con su nuevo párroco y bastante gente levantando el testimonio del Padre Macías!  ¿Pero basta?  

209. El imperio del infierno

 “la Iglesia no se cansará de denunciar todo aquello que produce muerte”  En este texto Monseñor se refiere a la violencia de su tiempo, los asesinatos, la tortura, las desapariciones, el machetear, el tirar al mar,.. y lo llama “el imperio del infierno”. “Son del diablo los que hacen la muerte”.

El infierno no es ese gran castigo fatal que nos han pintado para el final de la vida: cuidado o vas al infierno!!!  Monseñor habla del “imperio del infierno” aquí en esta tierra, aquí en nuestro pueblo.  Desde los “Acuerdos de Paz” (1992) empezó a desarrollarse un nuevo imperio del infierno con las matanzas, hemos llegado hasta más de 25 asesinatos al día, hoy estamos a 12. Pero el infierno llega también con las extorsiones, con las amenazas, con los desplazamientos forzosos bajo amenazas, y hasta podemos decir la ola de migración (sin papeles).   Los últimos arrestos de cabecillas de grandes estructuras criminales viviendo en lujos, manejando empresas, demuestran hasta donde ya se ha llegado.  ¿Qué mas se descubrirá encuanto a los vínculos con “empresarios honestos”, con “partidos políticos”, con funcionarios públicos, con pastores de iglesias,…?   El imperio del infierno está bien presente, enraizado en nuestro pueblo.  Exigirá arrancar todo desde la raíz. 

Pero el imperio del infierno pasa también por las fábricas, los negocios, ahí donde se paga apenas el salario mínimo o aún menos, por aquellos grandes que no pagan impuestos y así bloquean los proyectos sociales que pretenden distribuir algo de la producción nacional.   ¿No oigo la voz de las iglesias “denunciando todo aquello que produce muerte”?

 

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