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Reflexionando la realidad a la luz de Monseñor Romero - 15

Autor | Autores: 
Luis Van de Velde

Recuerden que todo esto no es para leer /reflexionar de una sola vez.  Es una vitamina diaria..  Siemre hay que partir de las palabras propias de Monseñor Romero, luego hacer tu reflexíon y solamente al final comparto la mía.

 

291.  Pecado de omisión

 

El pecado de omisión “el capítulo más misterioso de la maldad de cada corazón”.   Cuando pequeño, en preparación para la primera comunión o confirmación nos enseñaron como ir a confesar… pero no recuerdo que alguien me haya hablado sobre el pecado de omisión. Monseñor Romero al hablar de ese pecado lo llama “el capítulo más misterioso de la maldad” en cada persona.   Por supuesto el hacer y reproducir la maldad, es muy grave, y se opone al plan de Dios, es “pecado” contra la humanidad, contra Dios, contra la vida.   Esto lo vemos a nivel personal, familiar, comunitario, a nivel de organizaciones, a nivel de pueblo.  Pero lo más misterioso de la maldad es “no hacer el bien que se puede hacer”.    Es evidente que no nos cuesta encegarnos, ensordecernos, bajar el nivel de conciencia (desconcienciarnos!!!) para no tener que hacer nada, para estar tranquilos/as.  A todo nivel de la vida podemos hacer “el bien”, fortalecer la vida, dar la mano, solidarizarnos de verdad, luchar por la vida en contra de proyectos de la muerte, ser profetas atrevidos y hablar donde se debe defender a las y los pobres,….  El misterio de la maldad tiene sus raíces en el pecado de la omisión.  La comunidad cristiana tendría que hacernos reflexionar constantemente sobre esas raíces del misterio del mal.   Si tomáramos un tiempo para revisar “la omisión”, para concienciarnos sobre las oportunidades y necesidades de hacer el bien y donde no hemos actuado, estaríamos más conscientes de una profunda necesidad de verdadera conversión.

 

292. La fuerza que nos debe sostener

Era 31 de diciembre de 1979… a menos de 3 meses de su asesinato… y Monseñor está consciente que el pueblo salvadoreño vivía tiempos “inciertos”. ¿Qué sucederá este nuevo año que viene?  ¿Será la guerra, la destrucción total?  No sabemos si pensaba también si podría ser asesinado.   “Señor tenga misericordia de este pueblo”. Ante el miedo, la incertidumbre, las amenazas, … Monseñor Romero pretende fortalecer la esperanza de su pueblo y pide que oremos. “La fuerza que nos debe sostener es la oración”.  Aquí es importante que entendamos bien la oración. No es una cuestión de memorizar rezos, aun menos de provocar aceleraciones emocionales que hace llorar.  Orar es fundamentalmente “escuchar a Dios”.  Monseñor ya nos había hablado de esa celdita en el corazón, en el silencio del corazón, ahí Dios nos está hablando.  Nuestras palabras solo serán tentativas de respuestas. Al escuchar a Dios recordaremos siempre que es el Dios de la Liberación, el Dios de la Vida, el Dios que nos convoca a practicar la justicia y a amar con misericordia.

Hoy también son tiempos de mucha inseguridad en El Salvador.  La corrupción se ha instalado en las leyes, en las instituciones, en la estructura capitalista neoliberal de la economía, ….  Hoy estamos más inseguros – dijo alguien esta semana en reunión de una CEB – que en el tiempo que los compas estaban en la montaña, es decir, que en el tiempo de la guerra.  Para el pueblo hay mucho más inseguridad. Los de poder y riqueza han contratado instancias de seguridad para protegerlos en sus andanzas.   Los profetas de la oscuridad nos pintan un futuro de un estado fallido, del fracaso de la economía, de la pérdida de trabajo, de devaluaciones, ….  Monseñor Romero nos pide hoy, nos orienta diciendo: la fuerza que nos debe sostener es la oración.  Hagamos caso.  

 

293. El proceso de liberación

“Lo que hay que salvar, ante todo, es el proceso de liberación de nuestro pueblo”…. Como Monseñor Romero conociera nuestra realidad de hoy 36 años después de su asesinato.   Los acuerdos de paz terminaron con una modalidad de guerra y violencia, pero no ha cambiado en nada las raíces que provocaron la guerra: las tremendas injusticias (políticas, económicas, sociales, culturales) que empobrecen al pueblo enriqueciendo a una minoría poderosa.  “hay que salvar el proceso de liberación”.  ¿Sería que Monseñor sospechara que el proceso estaría en peligro?   En su tiempo, Monseñor se daba cuenta de la organización del pueblo, de la conciencia libertaria del pueblo.  Hoy, constatamos que los Acuerdos de Paz han desmovilizado al pueblo, desarticulado la organización del pueblo. Hoy hay más individualismo, más insensibilidad ante el dolor de otros, más apatía, “machete estate en tu vaina”…. “No te metas, no te metas..”   La lógica de partidos políticos se impone sobre las conciencias del pueblo.   Las Iglesias están bien ocupadas en sus ritos, cultos, procesiones, años litúrgicos, fiestas patronales, reliquias (también del Beato Monseñor Romero!!!),….  ¿Sería que las catequesis a niños/as, adolescentes, jóvenes,… son verdaderas procesos de concienciación liberadora desde el Evangelio para “salvar, ante todo, el proceso de liberación de nuestro pueblo”?  

¿Qué tenemos que hacer como prioridad número uno para “salvar el proceso de liberación de nuestro pueblo” que ya ha costado tanta sangre.  “No se puede echar a perder”.

 

294. Los militares

Lo que Monseñor Romero dice aquí a los militares, - mis queridos militares, vale para toda institución política, económica, social, religiosa.  Nos pide revisar si la institución está realmente al servicio del pueblo.  Pero con criterios, viendo los frutos, los resultados del actuar institucional!!!  Luego nos exige que el “bien del pueblo” provoque los cambios en las infraestructuras y en las leyes y reglamentos de las instituciones.  Podemos decir aquí, incluido la constitución (recordemos que ha sido elaborada en plena guerra, en 1983, por partido de la derecha, con el asesino intelectual de Monseñor Romero como presidente de la Asamblea Constituyente).  El bien del pueblo debe exigir cambios drásticos, estructurales en toda institución.  Monseñor denuncia que “absurdos cánones de jerarquía están ahogando las aspiraciones justas de un pueblo”.

Estos días vivimos varios ejemplos.  Hace años se “estableció” en leyes que los salarios en el ministerio de saludo aumentaría cada año con 8%: el escalafón!!!  Un sistema regresivo… los de salarios más altos reciben así cada año más, la brecha salarial se hace más grande!!!  Hoy vemos que gente con salarios bajos (hasta de menos de 1500 dólares al mes), que tienen su escalafón garantizado en el presupuesto del próximo año, están abandonando sus trabajos en los hospitales y centros de salud, para exigir que aquellos de salarios altos (que son menos de 20% del personal de salud) también tengan siempre su escalafón, que ganen aún más!!!!  Esto es una diabólica manipulación de las “aspiraciones” del pueblo.  Miles de pacientes pierden sus citas (serán reprogramadas para dentro de 6 meses o más!!!).  Cuando las leyes son injustas (por ejemplo regresivas, como la ley del escalafón en salud) deben cambiarse.  Monseñor tendría palabras muy duras hoy ante este tipo de protestas.  

 

295. Los gobernantes

Monseñor Romero exige que haya una “verdadera participación del pueblo noble de El Salvador” en el gobierno.  Denuncia que se utiliza al pueblo como escalera para subir y “después no se le tiene en cuenta al verdadero pueblo”.  El gobierno debe “servir al pueblo”.  Son frases concretas, no es una teoría política, es un lenguaje que el pueblo “de a pie” entiende perfectamente.  Por supuesto los políticos y gobernantes (todos los equipos de gobierno, de ministerios, alcaldías,..) lo entienden también.

Ya estamos con esta homilía al inicio de 1980… a tres meses del asesinato de Monseñor.  Sus denuncias proféticas en defensa del pueblo y sus derechos se han hecho cada vez más claras.   Pero no es solamente una palabra sobre el pasado…   Su llamada al gobierno vale también para hoy,  también para un gobierno de izquierda, del fmln. 

Es un agrado ver como se avanza en la comunicación entre pueblo y gobierno, sin embargo esta comunicación aún no está estructurada, no está legalizada.  Los encuentros del Buen Vivir, los sábados cada 15 día, o los encuentros con el presidente, también cada 15 dias, en casa presidencial, son símbolos importantes.  Pero aún falta mucho.  Una vez electos los diputados (propuestos por las cúpulas de los partidos políticos), ya nadie puede hacer nada. Son inmunes y lo grave “impunes”.   En la elección de los funcionarios de segundo grado (magistrados de la corte suprema de justicia, presidentes de la corte de cuentas, fiscal general, procurador de los derechos humanos,…) el pueblo no puede aportar, ni participar en nada, nada y nada.  Las fracciones políticas “negocian” los acuerdos.   Nadie habla de servir al pueblo.   Hace falta una verdadera transformación de la sociedad organizada para lograr esa participación del pueblo que Monseñor Romero ha exigido.

 

296. Llamamiento a la oligarquía

Monseñor Romero quiere identificarse y comprenderse como “el pastor, el hermano, el amigo de este pueblo, que sabe de sus sufrimientos, de sus hambres, de sus angustias”.  Aquí escuchamos la voz de Dios, de Yavé, en el libro del Éxodo.   Preparémonos por lo que Monseñor va a decir ahora.  Dirigiéndose al poder oligárquico dice: “no idolatren sus riquezas, no las salven de manera que dejen morir de hambre a los demás”.  Es exactamente lo que los (grandes) propietarios hacen: acumular riquezas gracias al salario mínimo (de miseria) o menos de las y los trabajadores.   El café (para la oligarquía cafetalera) es un negocio redondo porque el estado siempre interviene para cubrir pérdidas, para dar incentivos de exportación y sobre todo gracias a los salarios (diabólicamente bajos) de las y los cortadores de café y de los trabajadores permanentes en las fincas.  En el sector de los servicios vemos lo mismo, en la industria lo mismo….

Es por eso, que en nombre de este Dios que escucha el grito de su pueblo y que ve su sufrimiento, exige: “hay que saber quitarse los anillos  para que no le quiten los dedos”, recordando una frase del Cardenal Lorscheider.  Dice Monseñor que es una frase “bien inteligible”, pero de todos modos la aclara: “el que no quiere soltar los anillos se expone a que le corten mano; y el que no quiere dar por amor y justicia social, se impone a que se lo arrebaten por violencia”. 

Solamente una familia oligárquica hizo caso, la familia Alvarez.  Siendo ministro de agricultura, Enrique Alvarez  dijo “nos vamos a expropiar y entregó lo que según la ley de la reforma agraria correspondía de sus propiedades a las y los trabajadores de su hacienda.  Todos los demás siguieron – en aquel tiempo y hoy – con la idolatría de sus riquezas.  En los Acuerdos de Paz (enero 1992) no se ha incluido la dimensión económica del país.  La mesa económica nunca se reunió.  Es decir, la estructura económica que genera riqueza idolatrada para unos gracias al empobrecimiento de las mayorías sigue vigente, activa.   Monseñor Romero hablaría hoy muy claro a los mismos oligarcas, a los grandes empresarios en ANEP,….: quítense los anillos”.

 

297. No fanatizarse

En el segundo domingo de enero 1980 hace una llamada a las organizaciones y especialmente a las y los cristianos en las organizaciones populares y políticas. Es una crítica, porque Monseñor sabe lo que está pasando.  Hasta entre las organizaciones populares de aquel tiempo (fapu, bpr, ligas populares, …) había un fanatismo espantóso.  Solamente la lectura, la comprensión de mi organización es la que vale.  Los otros son traidores, no entienden, son oportunistas,….hasta la acusación de ser instrumentos de la CIA.   Monseñor dice: No fanatizarse. En su carta pastoral lo llamó “no a la idolatría del organización”, la organización no es dios!!!  Nos pide no mirar por la rendija de mi única organización, mi único proyecto, todo el panorama del bien común del pueblo.   Hoy en la realidad tan polarizada entre dos partidos opuestos que ambos tienen la llave de la mayoría calificada en la asamblea, es una llamada muy oportuna.  PONGAN EN PRIMER LUGAR EL BIEN COMUN DEL PUEBLO.   

Luego Monseñor Romero pide que cada cristiano/a en la política aporte desde “la perspectiva de la esperanza cristiana”, la perspectiva del Reino de Dios.   Y desde ahí pide comprensión al otro que tiene otro proyecto político.   En realidad en El Salvador de hoy, donde el sistema económico capitalista neoliberal no se ha transformado, más bien donde se ha aplicado casi al pie de la letra las órdenes del FMI y del BM, no se observa como el partido de gobierno de la izquierda está empujando hacia la transformación de la economía.  La derecha (en la oposición) hace todo lo posible para salvaguardar sus privilegios garantizados en la constitución, en las leyes y las estructuras económicas vigentes.   Programas sociales son importantes para distribuir mejor las riquezas, pero no son la solución, es para “mientras”.  Pero ¿hasta cuándo será?  

Monseñor dice a las y los cristianos que es su deber buscar el Reino de Dios para que se encarne y se entronice en El Salvador.   No se fanaticen ni con su partido, ni con su gobierno actual, ni con sus gobernantes,….    Todos están baja la crítica del Reino. Todos son “provisionales”, pero la pregunta es: ¿estamos en la dirección correcta?  ¿Estamos en procesos de cambio estructural que permita que las y los pobres vivan y tengan vida en abundancia?  Hace falta muchísimo… también la actitud, la conducta, la prioridad de cada uno/a, de cada partido.

 

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