Se encuentra usted aquí
Reflexionando la realidad a la luz de Monseñor Romero - 16
298. No levantes la voz, refuerza tus razones
Una llamada a los políticos, a los medios de comunicación y a los encargados de las religiones….. “No estén gritando, sino, utilicen la cabeza, refuercen las razones”. Los medios de comunicación son como los altoparlantes que dan más volumen a aquellos mensajes y palabras (políticos, ideológicos) que les interesa que el pueblo “interiorice”. Lo repiten, lo repiten,… En los mítines políticos observamos lo mismo. No importa lo que el líder dice, es cuestión, que grite y que provoque las emociones esperadas de sus seguidores. La reciente campaña en los EEUU era un buen ejemplo de esto.
No pocas veces hemos escuchado a algunos pastores evangélicos gritando a su congregación (a veces poca gente, pero con unos aparatos de sonido que sirven para hablar en un estadio). Una vez en un parque en San Salvador vi como dos maestros (extranjeros, blancos) estaban observando el ensayo, una experiencia de un pastor (latino) en formación, es decir, con la biblia en la mano, gritando, gritando, brincando….. Cuando terminó la prueba, los dos le felicitaron y se fueron.
Monseñor Romero hasta expresa cierta autocrítica de “gritar demasiado” en los micrófonos. Pero nos recuerda que es importante reforzar nuestras razones. ¿Sería que por falta de este reforzamiento que se votó en los EEUU? Nuevamente una gran cantidad de ciudadanos (así los llaman y uno ve los rótulos, separando a ciudadanos y no – ciudadanos, en los aeropuertos) no ha ejercido su único derecho (muy limitado por cierto en los EEUU) al voto para elegir – a través de los electores por estado – a su nuevo presidente. No reforzaron sus razones….. en este caso no gritaron, sino, no “hablaron”, no se expresaron…
299. El verdadero líder de la liberación
“No puedo encontrar otro líder más grande que Cristo, el único liberador”. Monseñor concluye esto después de describir la misión de ese gran líder: abrir los ojos a los ciegos, sacar a los cautivos de la prisión, y de mazmorra a los que habitan en las tinieblas: liberar a los oprimidos.
Hay que tener cuidado con expresiones como “Jesús mi único salvador, mi único rey, mi único líder, mi todo”….. Si no vivimos como Jesús (y si no asumimos los riesgos que él asumió) esas frases suenan vacías y solo sirven para estimular las oraciones-en-llanto. Al otro lado el concepto de líder tiene mucha relación con líderes en la política, la comandancia de la revolución, hasta en empresas que en su visión – misión se llaman “líder” en sus servicios a los consumidores, a los líderes religiosos,….. Es algo peligroso, porque Jesús no es “líder” en la dirección de esos otros líderes.
De hecho, no veo donde el profeta Isaías menciona el concepto de líder en la cita de la primera lectura. Habla de “mi siervo”, “mi elegido”, “a quien prefiero”. Sobre El ha puesto su Espíritu para “traer el derecho a las naciones”, “el derecho en la tierra”. Al hablar del pueblo de Dios, Isaías, ofrece a Jesús un resumen y el verdadero sentido de su gran misión divina.
Hoy la misión es la misma: quitar las vendas, es decir, abrir los ojos a los ciegos – liberar a los explotados y oprimidos. Solo en ese sentido podemos decir con Monseñor que Cristo es el verdadero líder, único verdadero liberador.
300. Vivir en comunión la realidad
Tenemos la obligación de ser “conciencia cristiana” en medio de nuestro pueblo. Monseñor Romero supo leer los horizontes y los caminos de las diferentes opciones políticas y económicas presentes en su tiempo: el proyecto del gobierno, el proyecto de la oligarquía y el proyecto de las organizaciones populares.
Me atrevo a decir que en buena medida se podría observar hoy lo mismo: el proyecto de la oligarquía (con sus aliados en ARENA, ANEP,..), el proyecto del gobierno (con una minoría de apoyo en la Asamblea y una corte suprema de justicia en contra), pero ¿qué pasa con el proyecto actual de las organizaciones populares? El pueblo está tremendamente (1) encerrado por miedo a la violencia, (2) desmovilizado, (3) tremendamente dividido (por afiliación religiosa, por afiliación política, por los miles de sindicatos, …) Hoy no contamos con “un proyecto de las organizaciones populares”, aunque el gobierno trata de representarlo.
Monseñor Romero nos pide “vivir en comunión cuando iluminemos la realidad”. La comunidad eclesial se necesita para discernir – a la luz del Espíritu Santo – la realidad que se impone a nuestro pueblo. Hoy no oigo voces eclesiales que denuncian como anti – evangélico el proyecto de la oligarquía y sus aliados. Hoy no oigo voces que valoran (+ o -) el proyecto del gobierno y sus realizaciones parciales. Hoy no se oye voces eclesiales que como profetas llamen al pueblo a organizarse, a producir su propio proyecto.
301. Los que mantienen estas estructuras de injusticia social
Monseñor está consciente que hay gente que “mantiene estas estructuras de injusticia social”, esa estructura de pecado en que vivimos, esta podredumbre. Ahí está el origen, lo que motiva a otros (a las víctimas de esas estructuras) a tomar opciones radicales y violentas, porque ya no hay esperanza de poder arreglar las cosas de otra manera. Ustedes “tienen que empezar por quitar el gran desorden de su egoísmo y de su injusticia social”.
Monseñor Romero no se equivoca llamando esta sociedad “el gran desorden”, a pesar de la legalidad. Cuando la economía produce pobres y pobreza, entonces es un desorden económico basado en el egoísmo de los empresarios, de los dueños de los medios de producción, un desorden de injusticias estructurales.
Esto no ha cambiado con los acuerdos de Paz, celebrada entre las cúpulas (ojo: sin la participación del pueblo!!!) del gobierno /ejército y de la guerrilla. No se ha modificado en nada ese desorden económico. Más bien se ha legalizado aún más esa estructura injusta que ha permitido la privatización (o sea el robo) de medios de producción del estado, la dolarización, la corrupción en los partidos políticos y el sistema presidencial de gobierno que tenemos (entre otras con las famosas cuentas restringidas del presidente), con lavado de dinero, con desvío de fondos públicos y de donaciones para ayudar a damnificados,…etc etc. El desorden sigue. Aunque el actual fiscal ha logrado acusar a un ex presidente (del partido ARENA) y bajo sospechas (pero aún no pruebas y acusaciones) a otro presidente (del fmln), los verdaderos grandes, los “tigres” del desorden no han sido tocados.
302. Todavía es tiempo de quitarse los anillos
La oligarquía siempre ha tenido su estructura y sus fuerzas (hasta criminales) para defender y garantiza sus propios intereses. Hoy es lo mismo, no ha cambiado nada. Los escuadrones de la muerte nunca han sido desmantelados. Los hijos de los altos militares (siempre al servicio de la oligarquía) durante la guerra, ahora tienen cargos altos en el ejército. Las famosas familias oligárquicas de El Salvador saben como mantenerse. En el fondo saben que sus riquezas (económicas) se imponen a la política a su servicio. Los medios de comunicación están a su servicio. Tienen “tanques de pensamiento” que divulgan las lecturas de la oligarquía. Todo un aparataje para influir en la población (clase media, y las y los pobres) para que voten por partidos de derecha. Hasta ahora por lo menos dos tercios de los votantes salvadoreños eligen partidos de la derecha.
Monseñor está cansado de llamarlos. Hoy nos dice que va a hablar en nombre de Dios, que “oigan la voz de Dios”: compartan gustosamente su poder y su riqueza. Y luego la famosa frase: “todavía es tiempo de quitarse los anillos para que no les vayan a quitar la mano”. ¿Quién se atreve a decir frases semejantes, y en nombre del Dios de Jesús, a los partidos de la derecha, a la oligarquía, …? Por supuesto que Monseñor Romero no quiere que alguien quite la mano a otro ser humano (que torture, que hiera, que mate). Por eso dice con voz divino: compartan su riqueza. Creo que solo un representante de una familia oligárquica le ha hecho caso: Enrique Alvarez Córdoba. Como ministro de agricultura empezó la reforma agraria confiscando la hacienda de su familia. Más tarde fue asesinado por los mismos que defienden el poder oligárquico.
¿No estamos cerca de la misma realidad? Se puede llamar a las pandillas “grupos terroristas” y de verdad son expresión de lo más inhumano en brutalidad violenta y sangrienta, pero no se puede separar el problema de las reacciones violentas (también de las pandillas, pero también en las familias, en el trabajo,..) de la estructura pecaminosa de la economía de los ricos. Podemos decir con Monseñor Romero: si no quitan sus anillos (sus lujos), algún día alguien les quitará la mano.
303. Debería estar al servicio del pueblo
20 de enero de 1980… a casi dos meses de su asesinato. Monseñor hace una llamada fuerte a la junta de gobierno. La responsabiliza de la sangre, del dolor de tanta gente. Hace una llamada a los llamados cuerpos de seguridad que actúan con “saña y odio” persiguiendo al pueblo. “Muchos de ustedes son de extracción popular”, son del pueblo…No persigan al pueblo, no destruyan al pueblo. Más bien Monseñor les está diciendo que con esa represión tan cruel se han convertido en mayores estallidos de violencia.
Tengo mis temores que las políticas de represión “del crimen, de los terroristas,..”, se esté andando por un camino muy semejantes. La brutalidad con que rompen las puertas de las casas en búsqueda de “terroristas”, como los ponen boca abajo, en calzoncillo, las manos amarrados,.. y no pocas veces hemos visto que aun así los golpean y los patean. La comisión de los DDHH ha denunciado ya hace un tiempo la existencia de grupos de exterminio. La gran mayoría de los pandilleros provienen de familias empobrecidas (que quizás por las extorciones criminales han logrado vivir, hasta en ciertos lujos). La mayoría de los policías provienen de sectores populares. Somos testigos de matanzas entre pobres!!!!
Monseñor Romero llama al gobierno a estar al servicio del pueblo, a los partidos políticos “ a estar al servicio del pueblo”, a derrumbar las estatuas de sus dioses “de poder y de la riqueza”. Los partidos de la derecha piensan solamente en la riqueza de unos pocos y como legalizar, oficializar el saqueo del país, el empobrecimiento del pueblo. Claro que tienen un discurso político engañoso para lograr que el pueblo vote por ellos, hasta dan sus regalitos electorales, y sobre todo prometen (hasta puentes ahí donde no hay río). No están al servicio del pueblo.
Pero la pregunta vale también para las Iglesias. ¿Están las Iglesias al servicio del pueblo? ¿Están las jerarquías, los sacerdotes, pastores, …. al servicio de la vida del pueblo? Debe ser!!!
304. La guerrilla
Así como Monseñor Romero llamó a las guerrilla (del signo que sean!!!) que “cesen ya esos actos de violencia y terrorismo, muchas veces sin sentido, y que son provocadores de situaciones más violentas”. Monseñor miraba ese espiral de violencia que involucraba cada día a más gente, a más espacios y que alejaba la posibilidad de soluciones de justicia y paz.
Hoy Monseñor diría lo mismo, o quizás con palabras aún más duras, a las pandillas: cesen esa violencia, siempre sin sentido! Si matan a alguien de la otra pandilla, ésta toma venganza y mata en la primera. Si muere un pandillero en enfrentamiento con la policía o el ejército, poco después asesina a un policía (hasta en su propia casa, en tiempos de descanso, cuando esté desarmado).
También las extorsiones y los robos a mano armado (en los buses, en los parques, en la calle,…) son violencia. Quitan la vida a muchos, roban lo necesario para poder vivir, quitan la ganancia de la tiendita o de la vendedora en el mercado. Es violencia ejercitada por los pobres contra los pobres.
Mientras tanto las cárceles están llenísimo de presos. En cuanto a los pandilleros condenados a muchos años, hasta encerrados en Zacatraz (cárcel de máxima seguridad en Zacatecoluca). La población en la cárceles es 3 o 4 veces mayor que su máxima capacidad. Violencia y violencia contra esos seres humanos (aunque hayan cometido crímenes). Los poquísimos criminales de cuello blanco condenados están en condiciones diferentes. Cesen esa violencia!!!!!
- Inicie sesión para comentar