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Día a día con Monseñor Romero. Libro II. Monseñor Romero - Hombre de Dios.- 17

Autor | Autores: 
Luis Van de Velde - Movimiento Ecuménico de CEBs en Mejicanos. Iniciativa ecuménica "Sentir con el Pueblo"

104. María es el símbolo del pueblo que sufre

Lastimosamente a lo largo de los siglos de cristianismo católico se ha creado una cantidad de imágenes, de ideas, de interpretaciones de María, la madre de Jesús, y la mayoría de esas imágenes no responden a la intuición que nos reflejan los  Evangelios.

Las imágenes más cercanas a la realidad de la vida de María tienen que ver con “La dolorosa”. Monseñor Romero la llama hoy “símbolo del pueblo que sufre”.  A lo mejor es por eso que la devoción a María (más allá de las imágenes triunfalistas, como Emperatriz de América, Reina de la paz) está tan enraizada en nuestros pueblos.  Las y los pobres reconocen en María su propio sufrimiento.  Dice Monseñor: María, hermanos, es el símbolo del pueblo que sufre opresión, injusticia, porque es el dolor sereno que espera la hora de la resurrección, es el dolor cristiano, el de la Iglesia que no está de acuerdo con las injusticias actuales.”

De la misma manera vemos a nuestros pueblos en las calles los viernes santo para los viacrucis y los santos entierros. También llevan la imagen de María: llevan el símbolo del sufrimiento del pueblo.   Así María se transforma a la vez en símbolo de esperanza. Recordemos sus palabras en el magnificat.   

 

105. Predicar el evangelio

Monseñor denuncia esos sermones, homilías, prédicas “que no digan nada a los hombres  (y las mujeres) de hoy”.   Esos predicadores que hablan como que “estamos hablando de las estrellas, hablando de las cosas que no  tocan los problemas que ejercitan nuestra paciencia, nuestra fortaleza, nuestro compromiso de hoy en la historia.”  Predicar el Evangelio exige hablar de la Buena Nueva de Dios en Jesús en función de los problemas concretos que vivimos y sufrimos, tanto a nivel personal, familiar, comunitaria, de trabajo, de la sociedad.. Y por supuesto que hablar desde el Evangelio sobre los problemas de hoy, nos van a traer más problemas, y muy serios.  Recordemos las experiencias de tantos sacerdotes, el mismo Mons. Romero, que fueron desaparecidos o asesinados por iluminar los problemas de hoy a la luz del Evangelio.

Me da lástima ver lo que los niños/as deben aprender (de memoria) para poder hacer su primera comunión y para poder recibir el sacramento de la confirmación.  Todo lo que les enseñan no tiene nada que ver con la realidad concreta, con los problemas concretos de esos niños/as y jóvenes.  Les enseñan esas verdades teológicas eternas, esas fórmulas, esas obligaciones rituales, … Me pregunto: ¿Por qué no se habla de Jesús, por qué no se relaciona a Jesús con la realidad de hoy?  O ¿habría que decir con M. Romero “”eso es muy fácil (predicar no diciendo nada)”?

 

106. Palabra de Dios encarnada en la historia

Monseñor Romero nos indica que el predicador/a debe estar hundido tanto en las escrituras, como en la realidad histórica de hoy.  Lo primero exige actualizarse cada vez más en los estudios bíblicos que gracias a los avances de las ciencias nos están abriendo nuevos horizontes de comprensión de la Palabra de Dios escrita en los textos.   Lo segundo también exige actualizarse, exige abrir los ojos y los oídos, ser críticos para no caer en las trampas de la manipulación ideológica de parte de los medios de comunicación social.   Lo que Monseñor Romero no menciona en la cita de hoy, y lo que él mismo vivía conscientemente, es que ambos deben enlazarse en la oración profunda y sincera, humilde.  Es la condición para que podamos anunciar la Palabra de Dios encarnada en la realidad, hecha realidad, con raíces en nuestra realidad de hoy.  Un buen conocedor bíblico y cercano al pueblo dice que la primera palabra de Dios se oye en la realidad histórica de hoy y que la Biblia es la segunda palabra, el espejo, que nos permite entender mejor la primera.  

 

107. Lo que busca Dios en la religión

“Buenas obras, corazones cristianos, verdadera justicia, caridad: eso es lo que busca Dios en la religión, Una religión de misa dominical, pero de semanas de injusticias, no gusta al Señor.   Una religión de mucho rezo pero con hipocresías en el corazón, no es cristiana”.   

Monseñor está consciente que los ritos y los rezos sin compromiso serio y radical “no son cristianos”, es decir, responden más a idolatría.  Las religiones son de manera general siempre conservadoras. Como que para existir y seguir viviendo necesitan del apoyo (financiero, político,..) de la clase pudiente y de los gobernantes de turno.   Alguien me repite a veces: no hay “religión liberadora”, lo que hay es una fe liberadora, una esperanza liberadora, un compromiso liberador, una entrega de servicio liberador.  

Este mes en nuestra CEBs reflexionamos sobre la CEB como Iglesia liberadora.  En una de las comunidades las y los hermanos reflexionaron sobre por lo menos tres niveles de liberación:  a nivel personal  (nos toca liberarnos conscientemente de los vicios, de los ídolos, de los engaños, de los egoísmos, de las comodidades,…), a nivel de Iglesia (nos  toca liberar a la misma Iglesia que sigue siendo vertical, patriarcal, masculina, muchas veces muy teórica (proclamando dogmas y teologías que nadie entiende porque no responden a la realidad de hoy) y muchas veces basándose en darle miedo al pueblo.  Y luego a nivel de la historia de cada pueblo. Una Iglesia liberadora está comprometido en la lucha por la justicia, por la verdad, por la libertad, por la solidaridad, la fraternidad, la misericordia,…. Dispuesta a cooperar en arrancar de raíz estas estructuras injustas.  

 

108. Preparemos los caminos en el desierto

“Comencemos por preparar los caminos en el desierto y florecerá el tronco seco y las piedras se convertirán en hijos de Dios; y los salvadoreños, que nos hemos hecho fieras unos con otros, conviviremos la alegría de ser hermanos hijos de Dios.” Una homilía en el Adviento. En medio del desierto (con todos los grandes problemas que tenemos, a veces, tan desesperados) habrá que hacer nuevos caminos, andando….  Monseñor sabe y lo ha denunciado muchas veces, que nos hemos tratado como “fieras unos con otros”.   En vez de llamar a los soldados “fieras uniformadas” (como aparece en algún canto popular), el los llamó “hermanos”, son del mismo pueblo, les dijo y les pidió no obedecer órdenes de matar a sus propios hermanos.   

La pregunta es: ¿dónde la Iglesia está abriendo brechas nuevas, andando, haciendo caminos nuevos para que desde el tronco seco nazca la vida?  Porque de esto se trata!  Para esto hay tener valor evangélico, valor jesuánico (como lo tuvo Jesús) para expulsar a los demonios (los ídolos falsos), para liberar el camino, para abrir el horizonte de esperanza.   

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